Revista Cultura y Ocio

Cuerda para rato

Por Aceituno
Fotós con el móvil. Fotógrafo: Daniel Ramos. Fotós con el móvil. Fotógrafo: Daniel Ramos. Cuerda para rato

Imágenes tomadas con un teléfono móvil de los malos, de los que llevan una cámara horrible. Me encantaría tener un Iphone, claro, pero no me lo puedo permitir. No tengo trabajo, ni posibilidad de tenerlo, ni tengo ayuda de ningún tipo porque en ningún lugar consta que estoy enfermo y no puedo trabajar. Así nos trata el Estado. Pasa de nosotros como de comer mierda y todo porque estábamos viviendo y trabajando en Chile así que no me di de baja en ningún trabajo aquí en España. Debería haber conseguido un contrato falso y haber cometido un fraude para que me pagasen la baja el resto de mi vida, pero no lo hice y ahora así nos vemos, teniendo que mendigar en nuestras familias (benditas sean Ruth y Alejandra) y tratando de que los servicios sociales se apiaden de nosotros y nos concedan una ayuda mensual.

Por lo demás todo bien. Bueno, bien como aquel tipo que se tiró desde un décimo piso y a medida que caía se le oía gritar “¡¡Por ahora todo bien!!”. Pues eso, por ahora todo bien pero a la espera de pegarnos el gran batacazo en cualquier momento porque un pago imprevisto nos destroza del todo, como el mes pasado que tuvimos que cambiarle las ruedas y los filtros al coche, por ejemplo. Ruina total. O este mes que tendré que ir al dentista. Otra ruina. Y así vamos, sobreviviendo de la mejor manera y tratando de que nuestros días no sean días horribles. Nos reímos todo lo que podemos, por lo general el uno del otro. Es increíble que no nos cansemos después de pasar tantas horas juntos, pero así es, seguimos queriéndonos con todo el alma y no creo que nada ni nadie pueda cambiar eso. No hay discusiones y sí mucho respeto mutuo. También mucho juego y mucha paz. Así que sí, por ahora todo bien.

Muchos de vosotros seguro que tenéis pareja y seguro que no queréis discutir y cada discusión lo pasáis fatal porque hubierais dado lo que fuese por evitarla y os sentís culpables y malas personas y dormís fatal y hasta sentís el estómago revuelto. Para mí, hay pocas cosas peores que discutir con mi pareja porque se instala un ambiente de mal rollo en toda la casa del que es imposible escapar, una especie de atmósfera que te oprime hasta el tuétano y no te deja respirar.

La solución es fácil: no discutáis. Así de simple. Guardad silencio en ese momento clave. Porque siempre hay un momento clave en el que sabes perfectamente que si dices lo que tienes en la cabeza se arma el lío. Pues bien, no lo digas, te lo guardas para siempre y fin del problema. Mi experiencia me dice que es más fácil de lo que parece. Yo lo sé porque no tengo más remedio que hacerlo ¿te imaginas como sería si no evitásemos discutir? Con tantas horas juntos y sin válvulas de escape esto sería un verdadero infierno, así que nos hemos vuelto maestros en el arte de convivir sin discutir y una de las claves es esa, guardarse ese comentario en el bolsillo y no dejar que se nos escape de la boca.

Por lo demás lo dicho, todo bien. La vida sigue, el calor se apiada de nosotros y nos da un respiro y el mar está ahí, esperándome con ansias, porque mis nuevos sueños siguen intactos y pienso cumplirlos. Aún me queda tiempo.

Sigo cayendo desde el décimo piso, pero voy por el octavo así que me queda cuerda para rato.


Cuerda para rato


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