Somos muy propensos, y quien diga que no miente, a crear listas con los mejores, ya sean los diez políticos más influyentes del planeta, los cinco destinos que debes visitar antes de morir o las cincuenta recetas de manteca colorá que no engordan lo más mínimo. Qué le vamos a hacer, nos gusta una lista más que pesarte después de unas Navidades y comprobar que a tu báscula le faltan pilas y te libras de ver el disparate tan grande en que se ha convertido tanto exceso innecesario.
Y en esas listas no puede faltar la música, la música comercial, para ser exactos. No estoy demasiado a la última en lo que el mercado y las productoras dicen que es lo más escuchado o más vendido, y siempre he querido tener la típica lista de música actual que un día animado ponga y no pueda parar de bailar. En realidad no estoy estoy tan desfasada y mucha de la música comercial que suena hoy la he oído, aunque en el 90% de los casos no sepa el nombre de su intérprete.
Suelo tener un gusto bastante amplio, y en el desigual mundo de los vídeos musicales (cómo se pueden hacer cosas tan buenas y tan malas a la vez) hay días en que no salgo de mi asombro al pensar que inmersos en pleno siglo XXI aún haya mujeres y hombres, no sé si mal asesoradas o simplemente con mal gusto, que sean capaces de caer de esta forma en el mal gusto como la Miley Cirus, de la que ya habló en este blog mi compañera Paushada, haciendo ver que el suyo es un ejercicio de provocación, desafío, modernidad o a saber qué sustantivo persigue, si es que sabe lo que es un sustantivo. Y si cree que lo que hizo (retregarse en inglés se dice twerking, dicen) fue transgresor, apaga y vámonos.
He querido en este año que empieza hacer la lista de los peores vídeos. No se trata siquiera de calidad musical, sino de puesta en escena. Seguro que recuerdan la bastada esta de la MTV del pasado agosto en la que la Cyrus y el Robin Thicke, lejos de parecer sensuales, sexis o sugerentes daban pena (dejemos para otro post a la presentadora de blanco, que debió llegarle una pedrada a la cabeza minutos antes).
Sin embargo, esta performance, como dice Youtube que se llama esta puesta en escena, lo que provocó en EEUU fue escándalo entre muchos sectores conservadores y burlas entre otros. En mi opinión, todo esto es cuestión de clase y a esta chica el verbo transgredir le queda demasiado grande.
Los invito a compartir los peores vídeos de 2013. Seguro que nos hacemos nuestra propia lista antes de que la Cyrus vuelva a montar otro de sus numeritos.
