Leía hace un par de semanas en el blog de Enrique Dans, un artículo sobre el problema de las noticias falsas y su origen en la educación. Es bien cierto que si tuviésemos mayor nivel de educación no nos colarían la noticias falsas así de fácilmente. Sin embargo, ¿qué problema no es de la educación? Esa ha sido mi reflexión tras leer el artículo. La mayoría de los problemas son cuestión de la educación, y muy especialmente en el ámbito de la informática.
Podemos empezar por los problemas del mundo “real”, y hablar de la violencia. Violencia en el fútbol: cuestión de educación. ¿De verdad hace falta organizar batallas campales entre dos aficiones solo por que son de diferente equipo? Hay que ser muy pero que muy garrulos. Vale, yo soy del equipo A, tú eres del equipo B, disfrutemos de un partido, gritemos y alegrémonos con los goles. Pero ni tú ni yo ganamos o perdemos nada en nuestra vida por el resultado del partido. Y mucho menos es culpa tuya que mi equipo haya perdido. No hay necesidad de pegarse por ello. Ahora trata de explicarse a un ultra de cualquier equipo. Seguramente te pegue a ti solo por decirlo. Y la cuestión es que la educación no ha calado en ese individuo. Tal vez debiéramos encerrarlos como a fieras y tirarlos cacahuetes, ya que se comportan como tal.
Más problemas de nuestra vida: la política. Sea un partido u otro al que votas, si crees que hace falta un cambio en la forma de gobernar, ¿qué te hace pensar que votar al que ha gobernado anteriormente, va a provocar algún cambio? ¿En serio? Si Mengano ha gobernado 4 años y lo ha hecho mal, tienes quejas de como lleva el empleo, la sanidad, las pensiones… ¿Por que votas a Mengano una vez mas en vez de intentar ver que pasa con Fulano? ¿Por tradición familiar de votar siempre a ese partido? Eso sí es un problema muy gordo de educación.
Así podría seguir con infinitos ejemplos, pero no me llegaría el tiempo ni el espacio para describirlos todos. Centrémonos un poco más en la informática.
La educación digital: ¿donde está?
El problema de las “nuevas tecnologías” estaba muy ejemplificado en los años 2000 con la llamada brecha digital. El principio que daba lugar a la afirmación de que había una brecha digital era que no todo el mundo tenía la oportunidad de acceder a un ordenador y menos a Internet. Hoy en día no se habla de dicha brecha digital, pues se considera cerrada. Todo el mundo que quiere tiene acceso a Internet. Ojo, quédate con el “que quiere” de la frase anterior, que voy a hablar de ello a continuación.
Sin embargo, la famosa brecha no se ha cerrado, más bien lo hemos dividido en varias brechas más pequeñas. Y a medida que pasa el tiempo, lo vemos más claro. ¿Por qué han aparecido dichas brechas? Fácil, es cuestión de educación.
Para empezar está esa minoría que no quiere acceder a Internet y la informática. En general son gente mayor, que consideran que eso es “de jóvenes” y que ellos “no entienden esas cosas”. Falso, cualquiera puede manejar un smartphone o un PC hoy en día. Y no hace falta ser un gurú o un genio para ello, con saber leer basta. Y la lectura es algo ubicuo en nuestra sociedad. Por simplificar no hablaremos del tercer mundo, pues entra una problemática muy diferente. El problema de ésta gente que no quiere acceder a la tecnología, es de educación: nadie se ha esforzado en que realmente sepan lo que pueden hacer con ella. Yo he dado clases a gente de la tercera edad para aprender a manejar el PC y, una vez que les quitas de la cabeza la idea de que es difícil, aprenden mucho y rápido.
Después de éstos, tenemos a la gente que usa la tecnología sin enterarse de por qué lo hacen. En general son gente más joven que los anteriores (siempre hay excepciones en todo) que no les gusta, no la llegan a entender bien y, por tanto, reniegan contra ella. ésta gente tiene el problema de que nadie se ha sentado tranquilamente a explicarles qué hace la tecnología, cómo nos facilita la vida y sus posibilidades. Hay un subgrupo de gente que directamente, por mucho que les expliques de cualquier forma, van a seguir renegando contra la tecnología. Pero esto ya es otro problema.
En tercer lugar tenemos a los entusiastas. Seguro que conoces a alguno: tienen smartphone, tienen Facebook, Whatsapp, Instagram y cualquier red social que sea medianamente popular. Normalmente comparten todo tipo de contenido, aunque suelen especializarse en diferentes perfiles: el chistoso, con todo tipo de imágenes o vídeos graciosos; el filósofo, con fotografías con frases profundas; el ético, con sus reclamaciones sociales, etc. Éste nivel de usuarios no tienen problemas para el uso de la tecnología, lo hacen con soltura… siempre que no tengan ningún problema y todo funcione correctamente. Cuando hay algún problema deben llamar al “amigo informático“, aunque simplemente sea que no les enciende el smartphone por que se ha descargado la batería. Con éste nivel, el problema de la educación está en distinguir las noticias verdaderas y falsas. Además de conocer el alcance que puede tener lo que publiquen el redes sociales, por que lo publican, literalmente, todo.
Les toca el turno a los que me gusta llamar “aprendices”. Son gente que utiliza la tecnología con soltura pero al mismo tiempo miden sus acciones. Entienden que hay muchas cosas que no comprenden del todo y actúan con prudencia. A nivel de conocimientos técnicos pueden estar a la altura de los anteriores. Sin embargo han tomado conciencia de lo poco que saben y cuando tienen un problema no dudan en preguntar o buscar la solución con intención de aprender un poco más. En general podemos decir que ésta gente no tiene problema de educación digital, pues saben perfectamente encontrar soluciones e informarse.
Por último, están los profesionales de la informática. En éste nivel está la gente con grandes conocimientos técnicos que saben exactamente como funciona la tecnología. Cuando no saben alguna cosa, saben buscar la información y aprender por sí mismos. Es sobre éste tipo de usuarios sobre los que debería recaer la tarea de educar y enseñar al resto de la sociedad, pues son los que están preparados para ello. Sin embargo, entre éste grupo hay un subgrupo, que aún conociendo bien la tecnología, “pasan” y no les importa hacer usos imprudentes de la misma. Y no me refiero a ciberdelincuentes (mal llamados hackers) que cometen delitos. Más bien son los que comparten de todo en redes sociales y se exponen a pesar de saber las consecuencias.
Se puede solucionar…
… pero es un esfuerzo conjunto de todos. Vemos entonces que hay 5 brechas digitales basadas en niveles de educación de la gente. O al menos es como a mí me parece que se divide la sociedad actual.
Para solucionar esta disparidad, solo hay una solución válida: educar. Las generaciones adultas deben querer aprender, pues muchos no quieren. Hay solución, pero tiene que empezar por sí mismos. Es en los jóvenes donde hay que dirigir de manera más insistente la solución. Y para comenzar deberíamos hacer una reforma de los planes de estudios, incluyendo el uso de tecnología como parte integrante de la enseñanza. Al igual que va a ser una parte integrante de la vida.
No podemos permitir que los maestros de nuestros hijos sean unos analfabetos digitales. Del mismo modo que no permitiríamos que alguien que no sabe leer sea maestro, tampoco deberíamos permitir que lo sea alguien que no tiene un mínimo de conocimientos de tecnología en un mundo donde ésta es ubicua en nuestra vida.
Tú qué opinas, ¿debemos introducir la tecnología en los planes de enseñanza? ¿A qué brecha perteneces? ¿Te esfuerzas por conocer un poco de la tecnología que usas?
El artículo Cuestión de educación apareció por primera vez en Instinto Binario.