Revista Salud y Bienestar
Todo es más fácil cuando las prioridades están claras. Cuando se celebran reuniones o sesiones de trabajo de tipo "filosófico" centradas en revisar la estrategia de una organización o buscar los valores comunes de la misma, es difícil encontrar puntos en común ya que inicialmente es habitual que cada participante intente "colar" su libro, es decir, demostrar que su unidad o departamento son los más importantes.Esto que puede parecer llamativo, lo complica todo cuando se traslada al día a día. ¿Cuáles son las prioridades de un profesional de la trinchera sanitaria en un día normal? Las propias, más las de su mando intermedio, más las del director, más las del líder (si lo hay) y por supuesto más los valores corporativos.Incluso si hay una evaluación del desempeño, los objetivos e indicadores de dicha evaluación se convierten automáticamente en prioridades. Y muchas veces unas prioridades son contradictorias con otras. Y este exceso de prioridades acaban provocando que sea difícil enfocar el cambio. En el BusinessJournal de Gallup lo contaban utilizando esta gráfica:Cuando las cosas están claras es mucho más sencillo avanzar. La comunicación de las prioridades esenciales es clave para poder promover acciones de cambio, y así no caer en errores o incluso en parálisis por no saber que atender en primer lugar. Además, evitar la sobrecarga y la intoxicación de prioridades es fundamental, para evitar que ocurran excesos como ha ocurrido con los temas relativos a la calidad como cuentan en esta entrada del blog de la revista Health Affairs. ¿Cuáles son tus prioridades de esta semana?