Una de las cosas que más llama la atención es la necesidad que tienen algunos de seguir constatando las ventajas de la lactancia materna, como si la alimentación con leche artificial fuera la norma y la lactancia materna un "grupo experimental" cuyas ventajas hay que demostrar.
Lo primero que me viene a la cabeza es que, obviamente, a día de hoy no hace falta seguirse preguntando sobre los "beneficios" de la lactancia, ya que hay toneladas de evidencia científica "fuerte" que demuestra las "ventajas" para la madre y el bebé. El documento "Pruebas científicas de los 10 pasos", elaborado por la IHAN, es una buena lectura para todos esos que todavía se preguntan cuál es el "beneficio de la lactancia para el niño y el beneficio del tratamiento para la madre", como nos citaba en su comentario de ayer una farmaceútica.
Pues lo dicho, que me parece de traca que hoy en día todavía haya que argumentar los "beneficios" de la lactancia cuando cualquier mínima búsqueda arroja cientos de documentos de interesante lectura. Entre los profesionales médicos todavía está muy arraigada la creencia de que la leche de fórmula y la leche materna son más o menos lo mismo. En el X Congreso de Fedalma, una profesional que realizó una encuesta entre sus colegas de CAP, descubrió que el 50% de los profesionales no relacionados con la pediatría que ejercían en el centro de salud pensaban que la composición de la leche de fórmula es igual que la de la leche materna 0_0
Y, claro, cuando se trabaja en base a esta creencia, es muy fácil recomendar abandonar la lactancia. Como decía mi marido en uno de los comentarios "En mi opinión es porque en la mente de la mayoría de los profesionales la diferencia entre lactancia materna y artificial en términos médicos sigue siendo nula, así que el factor riesgo/beneficio, por muy pequeño que sea el riesgo, se va por las nubes si consideramos que los beneficios de la lactancia materna son nulos".
¿Beneficios o riesgos? Pero es que el problema de todo esto es el lenguaje nefasto que subyace en la conversación. ¿Desde cuándo hay que demostrar los beneficios de un comportamiento que es una norma biológica en todos los mamíferos? ¿Desde cuándo los bebés amamantados son el grupo experimental que presenta "beneficios" y los niños alimentados con fórmula son el grupo de control?
Como explica Diane Weissinger en su artículo "Cuida tu lenguaje" (Watch Your Language, Diane Wiessinger, MS, IBCLC, Journal of Human Lactation 1996; 12(1): 1-4) "las comparaciones sanitarias deben tomar como referencia normas biológicas y no culturales, ya sea la desviación beneficiosa o de riesgo. Los fumadores tienen tasas más altas de enfermedades; aumentar la ingesta de ácido fólico prenatal puede reducir las malformaciones en el feto. Dado que la lactancia es la norma biológica, los bebés amamantados no están más "sanos", sino que los bebés alimentados con leche de fórmula están enfermos más a menudo y con cuadros de mayor gravedad". Y añade: "No podemos esperar fomentar una cultura de la lactancia si no reclamamos el papel real de la lactancia, tanto en nuestro lenguaje como en la literatura científica".
En su artículo (que fue publicado hace la friolera de 20 años y parece que no hemos avanzado mucho desde entonces), Weissinger explica que siempre que pregunta a profesionales sanitarios sobre le estudio sobre coeficiente intelectual y tabaquismo, alguien levanta la mano y explica que los hijos de padres fumadores tienen un "menor coeficiente intelectual". En cambio, cuando pregunta sobre el mismo tema en caso de bebés prematuros alimentados con leche materna o con fórmula, alguno de los asistentes explica que las conclusiones del estudio establecen que los bebés amamantandos son "más inteligentes".
"Pero incluso los profesionales médicos se sorprenden cuando reformulo los resultados usando la lactancia como la norma biológica: los niños alimentados con fórmula, al igual que los hijos de padres fumadores, tienen un menor coeficiente intelectual".
Es como si en las cajetillas de tabaco en lugar de poner "Fumar mata" pusieran "No fumar alarga la vida".... ¿Cierto? Sí, ¿Manipulado? También. El problema es que todavía cuesta bastante ver ese tipo de manipulaciones al hablar de "beneficios" de la lactancia y muchas veces da lugar a enconados debates que nada tienen que ver con la ciencia o la medicina.
El cristal con que se mira Pero es que ya no es solo que se distorsione la realidad y se tome como "grupo experimental" al que debería ser el grupo de control, sino es que también al cambiar la perspectiva los resultados son muy diferentes. Y de nuevo, me remito al artículo magistral de Diane Weissinger, en el que ella explica que esta manipulación de la realidad es todavía más equívoca cuando hablamos de porcentajes, dependiendo de qué número elijamos como estándar para comparar. "Si B es 3/4 de A, entonces A es 4/3 de B", argumenta. Si A es 100 y B es 75, entonces B es tres cuartas partes de A, pero A también es cuatro tercios de B. "Elige A como el estandar, y entonces B es un 25% menos, pero si elegimos B como el estándar entonces A es el 33% más", concluye.
Esto es importante, por ejemplo, cuando se argumenta que la lactancia materna reduce en un 25% el riesgo de padecer cáncer de mama. En este tipo de afirmación, las madres que alimentan a sus bebés con leche de fórmula son tomadas como grupo de control frente al grupo experimental, el de madres lactantes, en el que se observa el beneficio de un 25% menos de incidencia de cáncer de mama. Pero si tomamos la norma biológica como referente, como grupo de control, entonces la realidad y los porcentajes son completamente diferentes y la conclusión debería de ser que las madres que deciden alimentar a sus hijos con leche de fórmula tienen una incidencia un 33% superior de cáncer de mama. ¡¡¡Muy diferente!!!
Para más apreciaciones sobre cómo los juegos del lenguaje distorsionan la realidad, recomiendo leer el artículo completo de Diane Weissinger. En él, repasa tópicos tan comunes como el hecho de que la lactancia es "especial", el pecho es "lo mejor", "no queremos culpabilizar a las madres que dan biberón", "ventajas y desventajas de la lactancia" o que "los padres deben decidir".
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