Revista Opinión

Cuidado ahí afuera

Publicado el 03 marzo 2014 por Oscar @olavid25
Un miliciano, en Alepo.

Un miliciano, en Alepo.

Una redacción con un compañero secuestrado no llega nunca a acostumbrarse a esa ausencia. Será porque siempre faltan manos en esto del periodismo, pero hasta los que nunca están, porque lo suyo es andar por ahí afuera, son necesarios para sacar adelante el trabajo del día. En El Periódico lo tienen más fácil desde ayer, porque ha vuelto Marc Marginedas. En El Mundo, siguen esperando a Javier Espinosa, que también está prisionero en Siria, y confían en ver pronto al freelance Ricardo García, que viajaba con él cuando cayeron en manos de sus captores.

La guerra ejerce una atracción especial sobre los periodistas. Aunque el porcentaje de los que se dedican a ella es muy pequeño en comparación con los que habitan las cómodas redacciones, hay en el reporterismo de guerra un norte al que todos los profesionales dirigen su mirada porque saben que allí escasean las notas de prensa y, de haberlas, sirven de poco para construir una historia. Allí, en Siria, un tipo detrás de una pantalla de plasma es una broma. Todos los periodistas de han preguntado alguna vez: “¿Sería yo capaz de hacer ese trabajo?”

Han liberado a Marc y todos estamos más contentos. Lo estaremos mucho más cuando regresen Javier y Ricardo. Muestra felicidad sería casi completa si volvieran a casa los 38 secuestrados y no te digo nada si acabara la guerra en Siria. Puestos a soñar, conviene hacerlo en condiciones, aunque sabemos que no faltarán escenarios para el horror. Con la guerra en este país se han batido todos los récords. En 2013, Reporteros Sin Fronteras denunció 87 secuestros de periodistas en todo el mundo, 38 en Siria. En este país, se ha producido un apagón informativo casi total (lo habrán notado) porque los corresponsales de guerra no tienen garantizado un mínimo de seguridad. El régimen de Al-Asad y el descontrol de los rebeldes no lo ponían fácil pero los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante, que luchan contra unos y otros, tenían en su poder en diciembre a 18 periodistas extranjeros y 22 nacionales.

En esta sección amable que hemos llamado Periodista: Tú lo has querido no somos partidarios de los paños calientes. Los tres españoles secuestrados son gente experimentada, que ha recorrido el mundo de arriba a abajo y sabe valorar los riesgos y, aún así, han tenido que sufrir esta experiencia. Hay peligro ahí afuera como decía el sargento Philpp en Canción triste de Hill Street. Y lo hay hasta para los 389 blogueros, en su mayoría editores locales, secuestrados en 2013 por motivos relacionados directamente con sus publicaciones. Hay que cuidarse.


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