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La psicóloga Aniana García-Morato Soto nos habla de la espiral de pesimismo que el actual entorno económico existente ejerce sobre nuestra vida cotidiana. En este artículo nos da las claves para sortear esta corriente.
Estamos en crisis, a estas alturas todos lo sabemos, son momentos difíciles para la economía y las cosas laboralmente no están muy bien, de recordarnos esto a diario ya se encargan todos los medios de comunicación, que repitiendo hasta la saciedad lo mal que están las cosas y lo peor que van a seguir estando nos van metiendo el miedo en el cuerpo.
Es verdad, no es un buen momento, pero
no podemos dejarnos invadir por el miedo y el pesimismo porque eso solo nos lleva a paralizarnos y a estar angustiados, dejando de lado las otras cosas en nuestra vida que sí van bien,fijando el foco en aquello que está funcionado peor en estos momentos.
Este pesimismo nos invade en el trabajo y van generando una apatía y desgana que nos afecta directamente en nuestro estado de ánimo, creando además una espiral muy negativa en nuestro lugar de trabajo. Es cierto que algunas situaciones laborales están siendo complicadas de sobrellevar, pero si conseguimos ver también las otras cosas de nuestro día a día que funcionan y nos hacen sentirnos bien, que también las hay, seguramente seamos más capaces de no contagiarnos de este pesimismo que nos rodea allá donde miremos.
Este estado de ánimo negativo acaba influyendo en toda nuestra vida cotidiana, porque tal vez nuestra relación de pareja, las relaciones de amistad o nuestras relaciones familiares van bien, pero el pesimismo reinante, si no estamos atentos, acaba invadiendo y afectando también esas parcelas de nuestra vida que sí nos hacen sentirnos bien.
Por supuesto que el trabajo es importante, pero no debería ser lo único, aquello en torno a lo que gira toda nuestra existencia, porque en un momento como este se nos viene todo abajo, y tal vez haya que recuperar esos otros valores, esos otros intereses que están ahí y que no conseguimos ver y darles la importancia que tienen. Es una buena ocasión para volver la mirada hacia la gente, hacia las personas que están cerca de nosotros y en las que nos podemos apoyar y a la vez servir de ayuda.
Las crisis también son momentos de cambio y evolución, en nuestra mano está poder aprovecharla, poder girar nuestra mirada hacia aspectos que hemos ido dando por hechos y que tal vez por ello hemos descuidado, poder prestar más atención a los que están a nuestro lado, la pareja, la familia, los amigos, a nosotros mismos, recuperar el sentido de palabras como amistad, solidaridad, confianza, bienestar mental y físico, equilibrio, esperanza...
No es el momento de dejarse arrastrar por la corriente, ahora es cuando tenemos que buscar en nuestro interior esos recursos que nos hagan crecer como personas, ser más fuertes y apostar por aquello que nos permite sentirnos bien, es el momento de ayudar y pedir ayuda si la necesitamos, es el momento de recuperarnos a nosotros mismos y sacar el máximo provecho de este momento de crisis que estamos viviendo.Y recordar: ¡cuidado con el pesimismo, que es contagioso! PIDE CITA ONLINE