Cuidado con las dietas milagro
Lejos de favorecer, las dietas “milagro” dañan la salud de personas agobiadas por deshacerse del sobrepeso. Y mas si estas dietas se llevan por largo tiempo, los problemas pueden ser mayores, puesto que no es extraño que se presente envejecimiento prematuro, anemia, desajustes hormonales, mal funcionamiento de los riñones, trastornos de la nutrición y malestares estomacales.
Especialistas en tratamientos de control de peso apunta que hay conocidas dietas que son muy restrictivas y desequilibradas, puesto que se trata de determinados regímenes que se enfocan al consumo de un comestible único por ciertos días o bien no dejan combinaciones de nutrientes.
Al someterse a regímenes tan restrictivos no solo se pierde grasa, sino más bien masa muscular y agua, lo que reduce la capacidad del organismo para abrasar calorías. En verdad, está comprobado que los músculos bien desarrollados queman más calorías y, tras proseguir dieta estricta, dismuyen su tamaño y con esto se complica el consumo de energía. Es recomendable acudir ante un especialista una estética corporal en donde te puedan ayudar con una dieta personalizada.
Al regresar a la nutrición normal, los kilogramos se recobran y pueden ganarse más. La explicación del llamado “efecto rebote” es que al estar a dieta lo primero que se pierde son líquidos; entonces, al finalizar el régimen los tejidos tenderán a rehidratarse; por si fuera poco, el metabolismo (velocidad con la que el organismo convierte los comestibles en energía) llega a reducirse tanto que cualquier comida engorda y no hay forma de adelgazar.
Lo que se aconseja:
“La dieta tiene que ser personalizada ya que cada uno tiene diferentes hábitos de vida, constitución, genética… por lo que se adaptarán las combinaciones de alimentos más adecuadas a cada persona, al mismo tiempo que se corrigen los hábitos alimenticios poco saludables” – clinicamultilaser.com
El régimen alimentario ‘perfecto’ es exageradamente fácil solo debe incluir cincuenta por ciento de hidratos de carbono (harina, arroz y legumbres), treinta por ciento de grasas (aceites, soja, aceitunas y germen de maíz) y veinte por ciento de proteínas (lácteos, carnes y huevo), los que deben ingerirse en 5 comidas: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.
Por otro lado, si se combinan ejercicios de resistencia muscular (por servirnos de un ejemplo, al hacer pesas de bajo peso) con actividades aeróbicas (las que requieren gran circulación de aire en los pulmones, como trotar o bien nadar) va a haber mayor solidez muscular y baja de peso. La mayor parte de las personas que pierden peso y lo sostienen no han seguido una dieta concreta, sino han aprendido a comer. Son siendo conscientes de que su peso se sostiene en el punto que desean por el hecho de que toman los comestibles que se amoldan a su modo de vida y al gasto de energía que efectúan.