
Fuentes de los Mossos d'Esquadra y de la Policía Nacional han informado a algunos periodistas que entre 5.000 y 6.000 entradas han llegado a las manos de los radicales, algunos de ellos CDR, grupo del que se han escindido recientemente grupos furiosamente radicales y expertos en guerrilla urbana, como los llamados "Lirios de Fuego", lo que afianza su temor de que traten de saltar al terreno de juego y provoquen enfrentamientos violentos durante la disputa del clásico.
En el Real Madrid temen con toda lógica por la seguridad de su plantilla y numerosos expertos creen que el partido, si se juega en Barcelona, lo jugarán los madridistas en inferioridad de condiciones, en un ambiente claramente intimidatorio y violento. Cada día son más los que temen que el encuentro se convierta en el escenario de violencia y caos que el independentismo lleva tiempo buscando para provocar un salto cualitativo del conflicto.
Las fuerzas de seguridad creen que, a pesar de las amenazas y planes de los CDR y de Tsunami Democratic, que pretenden rodear el estadio e impedir el paso a los aficionados y equipos, todo lo tienen controlado, pero sus temores se concentran en el interior del estadio, donde el ambiente puede convertirse en una dramática caldera a presión que podría estallar. Por lo pronto han preparado a un nutrido grupo de policías rodeando el terreno de juego y a más de 800 agentes de paisano, infiltrados entre los aficionados, en las gradas, para actuar si se desata la violencia.
Los más violentos están desplegando un chantaje adornado de amenazas que exige que en las gradas y en el mismo césped se exhiban pancartas que exijan un diálogo, de igual a igual, entre Cataluña y España, como si fueran dos estados independientes.
El fútbol club Barcelona es una institución mimada por el independentismo, que aprovecha siempre el liderazgo deportivo de ese equipo para proyectar su propaganda y la imagen de una sociedad en conflicto. Los directivos del club nunca ponen impedimento alguno para que las gradas de su estadio sirven de escenario para todo tipo de mensajes y manifestaciones en favor de la independencia. Pero esta vez, ante las serias amanazas y ante la aparición en el panorama de episodios de verdadera guerrilla urbana, tienen miedo a que su estadio sea clausurado o que se sanciones gravemente al club.
Ocurra lo que ocurra, el acontecimiento ya esta mundialmente calentado y promocionado para que sirve como escaparate del conflicto y proyecta la imagen falsa de una España que oprime y maltrata a los catalanes, una falsedad indignante porque ocurre justo lo contrario, que los violentos chantajean y acosan al Estado español mediante la violencia y la ilegalidad.
Francisco Rubiales