Y Europa se echó a temblar. A temblar de miedo. La Troika descompuesta, Merkel con una cagalera crónica. ¡Que viene el coco! Todos contra Syriza, el terror de la Unión Europea. Porque en las próximas elecciones griegas es ese partido de izquierdas el que se da como ganador en todas las encuestas. Justo el mismo que ha dicho que ya está bien de producir pobreza en Grecia y que hay que reestructurar la deuda.
Pues eso ha asustado a los troikistas (no confundir con troskistas, nada que ver). ¡Cuidado con reestructurar deuda! ¡Casi nada! Justo lo que hacen todos los días cientos de empresas que tienen apuros, pero claro las empresas pueden, Grecia no. ¿O acaso el concurso de acreedores, la antigua suspensión de pago, no es una reestructuración de la deuda que provoca EREs y supone un aplazamiento y una quita para muchas empresas?
Pues sí, parece mentira pero está claro que querer ser autónomo, querer decidir por cuenta propia y no seguir “las bondades” de los troikistas no gusta a los mandamases. En Europa se está para obedecer, léase Rajoy, y no para poner pegas, no para salvarse, sino para hundirse heroicamente en nombre de la colectividad (la prusiana, claro: Alemania, Holanda, Austria, etc), a los que hay que servir sin críticas ni reparos. Los países mediterráneos son los parias, al fin y al cabo son “menos trabajadores, más cantamañanas y han vivido por encima de sus posibilidades”. Son los mártires que arderán en la pira de Berlín por mor de la nueva y fuerte Europa.
Y claro de Syriza dicen de todo. Meten miedo, presionan, auguran lo peor –como si lo peor no fuera lo que le han hecho a este país— todo menos permitir que se salgan del guión de la Troika, todo menos tratar de enfrentarse a la poderosa Alemania.
Esa poderosa Alemania que mantiene una amnesia voluntariamente porque olvida que es el país que más ha dejado de pagar sus deudas el siglo pasado. Varias veces:
- En 1919 (acabada la Primera Guerra) se negó a pagar 226.000 millones de marcos oro
- En los años 30 se aprobó un plan por el que una deuda alemana con USA se le hizo un quita del 98%, pasando la deuda de un billón de dólares a 20.000 millones.
- En 1953 se le perdona a Alemania las indemnizaciones económicas por la guerra que inició.
- En 1990, con la unificación de las dos Alemania, a pesar de existir una obligación, se negaron a pagar las indemnizaciones congeladas, lo que tuvo que asumir el resto de Europa.
- Y aún hay más, porque en el caso de Grecia se agrava, ya que la Alemania de Hitler cuando conquistó este país, obligó a Grecia a hacerle un préstamo de 3.500 dólares de la época y además no pagó las indemnizaciones provocadas por los destrozos de la guerra que inició, mientras que sí lo hizo con otros países, como Polonia o Yugoslavia. Una deuda que todavía no ha sido pagada a pesar de que desde Grecia se ha solicitado en multitud de ocasiones.
Bueno, pues a pesar de todo lo anterior, Alemania no está dispuesta a mover un dedo y pretende cobrar hasta el último céntimo, eso sí, sin pagar nada de lo que debe y olvidarse de lo que se le ha perdonado.
No es posible que se siga gobernando países desde la Troika. Los países deben ser gobernados por los políticos elegidos por sus ciudadanos. Los griegos ya han sufrido demasiado, hay que ayudarles, reestructurarles la deuda y si es necesario hacerles una quita, todo menos seguir con esta política de ajustes, rescate y otras zarandajas que empobrecen a los países afectados, y no reactivan la economía. La austeridad ha sido un fracaso y es necesario cambiar el rumbo. Y Syriza, desde su posible futuro gobierno lo va a exigir, y eso les pone los pelos de punta.
Syriza ha dicho basta: “Pagaremos cuando podamos, pagaremos sin hacer más recortes y más daños a los ciudadanos, que son nuestra prioridad”. Y eso suena mal en Berlin, tan mal que se inventan historias como la de que Syriza quiere salirse del euro, cuando no está en el programa de esta formación y ha sido Berlín quien ha soltado esta amenaza.
El triunfo de Syriza puede marcar un cambio importante en las políticas económicas de la UE, tan importante como imprescindible. Por todo ello, es deseable que sea esta formación la que gane las próximas elecciones griegas.
Salud y República