Una de las actividades que más le gusta a mi pequeño es montar en coche. Se pone contentísimo cuando le digo que vayamos a dar una vuelta o que tenemos que usarlo para ir a algún sitio. Lo malo es que es bastante sensible respecto a los viajes, por lo que, muchas veces, acaba vomitando poco después de haber iniciado la marcha.
Vivimos en una zona montañosa, por lo que las curvas son pronunciadas y constantes. Aquí, las rectas escasean. Y creo que la silla a contramarcha también tiene algo que ver. Todos los estudios indican que es mucho más segura, pero ninguno te dice que se maree menos, por lo que yo también culpo al artilugio. Lo de conducir suavemente lo tengo más que probado, pero nada. Así que, por ahora, no podemos hacer nada, tener paciencia solamente, él y nosotros.
¿Por qué se producen los mareos?
Los mareos, también llamados cinetosis, se producen por la información un tanto errónea que le llega al sistema nervioso a través de los órganos de los sentidos cuando éstos le mandan posición y movimiento. Los ojos le dicen que el cuerpo está quieto. Los pies le dicen lo mismo, que no hay movimiento alguno. Por otra parte, en el oído interno hay un líquido que dice que sí hay movimiento. ¿Eso cómo se come?
La cinetosis es más acusada en niños entre dos y doce años, como es el caso de mi niño. También, hay diversos factores que pueden favorecerla, como la falta de azúcar en sangre (hipoglucemia) y la falta de costumbre.
¿Tanto se marea en el coche?
Puedo asegurarte que, antes de salir del pueblo, ya vomitó en una ocasión. Otras veces, en cuanto hemos recorrido dos o tres kilómetros, el pobre ya empieza con los síntomas de mareo. Sin embargo, hay días en los que apenas tiene esos síntomas.
Siendo más pequeño, no le había pasado nunca. Comenzó cuando tenía algo más de un año. Y, la mayoría de las veces, en trayectos cortos. Hemos recorrido media Andalucía y el niño ha ido tan contento, sin notar nada, por lo que también hemos ido aprendiendo qué hacer para que se maree menos. Cambios en el hábito de viajar y toallas o bolsas que recojan todo lo que el niño no quiere guardarse.
¿Cómo disminuir las probabilidades de mareo?
Al hablar de trayectos cortos y largos, te diré que la forma de viajar es diferente. En los largos, le ponemos la tablet para que no se aburra y así va entretenido. Imagínate tres o cuatro horas a contramarcha, observando el horizonte y algún coche que otro que se acerca por detrás… Eso debe ser insufrible. Parece ser que, al ir mirando un punto fijo, sin mover tanto la cabeza, hace que no se maree tanto. Por otro lado, en los cortos, no usamos la tablet, por lo que seguro que es por esto por lo que se marea más. Lo que sí hacemos en algunos trayectos cortos es darle gusanitos para que vaya comiendo algo (¡sshh, naturales, eh, siempre!).
Otras formas de evitar un posible mareo son viajando con el niño dormido cuando sea posible y llevar el habitáculo bien ventilado. También funciona lo de hablar o cantar, que se distraiga un poco.
¿Qué hay de los medicamentos que evitan mareos?
Preguntamos por ellos y un médico nos explicó cómo funcionan. Pueden usarse, todo el mundo lo hace, pero tienen sus efectos. El de estos medicamentos en particular, es que inhiben ciertas conexiones de los sentidos con el cerebro y eso, en un cerebro en pleno desarrollo, no puede ser del todo aconsejable. Por ello, por ahora vamos a seguir cantando, usando la tablet a ratos y comiendo gusanitos.
¿Tu niño también lo pasa mal en los viajes? ¿Qué haces para evitarle los mareos?