Mi experiencia
Ese amor exagerado que tengo por las mascarillas hizo que me confiara demasiado y uno de esos días terminé con la cara llena de ampollas. Todo mi rostro cubierno de unas ronchas espantosas que parecían producto de alguna alergia.
Resulta que un buen día me puse una de mis mascarillas favoritas y me recosté sobre la cama para relajarme. Error, ¡me quedé dormida! Las instrucciones mencionan que solo debía tener la crema por unos 10 minutos y la tuve en mi rostro casi 30 minutos. No conforme con eso, debía enjuagarme el rostro y quitar todo el residuo pero hice todo lo contrario. Aclaro que la mayoría de las mascarillas que uso te dicen que puedes masajear el producto y dejarlo sobre tu rostro hasta la mañana siguiente. Yo no leí las instrucciones y confié en que, como era la misma marca que suelo usar, pues las instrucciones debían ser las mismas. NOT!
El resultado fue un rostro hinchado e irreconocible. Esas ampollas estuvieron en mi piel por casi una semana... ¡en plena Navidad! Así que no me quedó de otra que lavar mi cara solo con agua y con una pomada para contrarestar el efecto que había causado mi descuido.
Antes de usar mascarillas, fíjate en esto
Debido a esta mala experiencia, he aprendido (a la mala) que antes de usar cualquier mascarilla debo tener en cuenta lo siguiente:
- Fecha de expiración
- ¿Es para mi tipo de rostro?
- Por favor, ¡lee las instrucciones!
- ¿Cuáles son los ingredientes? ¿Alguno de ellos podría afectar mi piel en lugar de ayudarla?
- ¿Se puede combinar con otros productos?
- ¿Es una mascarilla para usar de día, de noche o en cualquier momento?
- ¿Cuáles son los efectos secundarios?
- ¿Cuántas veces a la semana puede o debe usarse un producto igual o con ingredientes similares?
Un abrazo ¡y feliz 2018!
Foto: Pixabay