Nuestras manos siempre están expuestas, trabajamos con ellas, se broncean con el sol, se hielan en invierno. Se nos secas, notamos tirantez, sequedad, se nos irritan, e incluso nos salen eczemas y sabañones. Sabíais que la piel del dorso de nuestras manos es muy fina, no tiene casi tejido adiposo, además el vello que podamos tener es muy fino y escaso, así que hay pocas glándulas sebáceas con lo que no engrasan bien la piel y no nos ayuda a la retención de agua. Visto esto lo mejor es utilizar productos que nos hidraten, como son la caléndula, la rosa mosqueta, la manteca de karité o el aceite de almendras dulces entre otros, hidrataremos nuestra piel y evitaremos las manchas solares y el prematuro envejecimiento de nuestra piel. Con la caléndula mantendremos nuestra piel suave, hidratada y con elasticidad, además de ser antiinflamatorio, calmante y emoliente. Trata las descamaciones y las rojeces y regenera las células de la piel, lo que favorece la producción de colágeno. Ya sabéis que la Rosa Mosqueta es un gran regenerador de la piel, elimina arrugas y cicatrices a la par que mejora la hidratación. Reduce la pérdida de agua, revigoriza el fibroblasto lo que produce firmeza y elasticidad en la piel. La manteca de karité rejuvenece, evita la deshidratación y protege de las agresiones externas. Es super hidratante y calmante Y no nos olvidemos del Aceite de Almendras dulces, acción emoliente, suavizante e hidratante. Reduce al sensación de sequedad e irritación.
