Revista Diario

Cuidarme a mí misma para cuidar de mis hijos

Por Gracitata @Lactandoamando

Este mes y este comienzo de año por desgracia ha sido uno de los peores de nuestras vidas para nuestra familia y para mí. Mi hermano mayor y padrino falleció el pasado día 3 de enero a causa de un infarto masivo que no le dejó la posibilidad de sobrevivir.

Este hecho como os podéis imaginar nos ha hecho sufrir muchísimo tanto a mí como a toda la familia pero además nos ha hecho recapacitar a todos sobre muchas cosas.
A mí en concreto me ha hecho recapacitar sobre mi salud y sobre por qué o más bien por quiénes quiero y debo cuidarme más que nunca.

Y esos quiénes son mis hijos pues ellos son mi vida y el motor que me mueve a diario para ser mejor persona y para sacar lo mejor de mí en todos los aspectos de mi vida.
Ellos se merecen tener a su madre a su lado durante mucho tiempo, al menos el suficiente para que ellos hagan su propia vida y formen su propia familia si así lo desean.

Y es que mi hermano se ha ido demasiado pronto, con tan solo 53 años recién cumplidos, quizá por no haberse cuidado lo suficiente o por no darle la importancia merecida a su enfermedad, dejando atrás mujer y dos hijos, una de ellas con tan solo 14 años.
Y por desgracia en esta familia y por predisposición genética todos estamos expuestos a sufrir y padecer enfermedades que puedan terminar con tan nefasto final y mucho más si no nos cuidamos lo suficiente.
No sé si recordáis que a la semana de nacer mi pequeña princesa guerrera mi madre sufrió un grave infarto del que los médicos nos aseguraron que no saldría viva, el destino, Dios o como queráis llamarlo hizo el milagro de que aún hoy siga a nuestro lado. Mi hermano por desgracia no corrió la misma suerte.

Yo llevo unos meses regular de salud, estoy de médicos, neurólogos y pruebas médicas ya que un día se me quedó dormido medio cuerpo y desde entonces tengo menos sensibilidad en el lado izquierdo de mi cara y cabeza. También desde hace unos meses y coincidiendo con todos estos síntomas estoy pasando un estrés tremendo con todo lo que está aconteciendo en mi familia y en el entorno que me rodea.
Por todo ello me están realizando varias pruebas médicas como tacs,  resonancias magnéticas y analíticas para ver a qué se deben todos estos síntomas y para descartar problemas graves.
Yo creo que todo tiene que ver con los nervios y el estrés,  pero ante pruebas así una no deja de pensar en su posible futuro y en qué pasaría si realmente hubiera algún problema de salud importante. Esto no os lo niego, me está haciendo sufrir bastante.

Y ante todo lo acontecido no dejo de plantearme si realmente me estoy cuidando lo suficiente y si lo estoy haciendo bien o no. Y como suele suceder eres consciente de que realmente puedes hacerlo mucho mejor y de que realmente puedes cuidarte mucho más de lo que lo estás haciendo.

Y si quiero cuidarme es por ellos: por mis dos hijos, por mi marido, por  mis padres y por toda la gente que me rodea y me quiere pero sobre todo por mí ya que quiero estar bien para mis hijos.

Con todo esto estoy aprendiendo que la primera que tiene que estar bien, la primera que tiene que pensar en sí misma soy yo.
Si quiero que mi familia esté bien, si quiero que mis hijos sean felices y crezcan junto a su madre y tengan a su madre a su lado siempre que la necesiten, necesito empezar por cuidarme a mí misma.

Como decían por ahí si quieres cuidar de tus hijos empieza por cuidar de ti misma.

Sé que seguramente las pruebas médicas saldrán bien, que estaré bien y qué finalmente todo sera un susto, pero a día de hoy no puedo remediar sentir un poco de miedo ante los resultados. La incertidumbre de lo desconocido supongo, que no nos deja estar tranquilos hasta conocer lo que nos inquieta.

Y es que cuando nos convertimos en padres no sólo adquirimos la responsabilidad de cuidar de nuestros hijos sino de cuidarnos a nosotros mismos para poder así llevar a cabo esa gran responsabilidad de sacarlos adelante.

Si nosotros estamos bien, si nos cuidamos, si estamos felices, si nos sentimos motivados y realizados, es más que posible que podamos hacer muy felices a nuestros hijos tal y como deseamos.

Y pensando precisamente en el bienestar y felicidad de mis hijos, a partir de ahora pensaré más en mí, en mis necesidades y en mi propio bienestar.
Voy a cuidarme, voy a ser feliz porque amo a mi familia y quiero que ellos también sean felices viendo a una Graci y a una mamá radiante, sana y feliz.

Cuidarme a mí misma para cuidar de mis hijos

Volver a la Portada de Logo Paperblog