Culebrón genovés

Soraya Sáez de Santamaría se fue a dormir pensando que mañana
sería otro día, pero cuando se despertó el dato seguía ahi:
El 74% de los votantes no quiere que Rajoy sea candidato.
Sin encontrar consuelo en que Zapatero esté en la misma situación,
tomó el ascensor que la llevaría hasta el despacho de Pedro Arriola,
en la planta sexta.
Mientras subía, rodeada como siempre de corbatas de Guzzi y
envuelta en aromas de Loewe, escuchó unas risitas de extraño
acento que, aunque familiares, prefirió atribuir a su estado de nervios.
No pudo hacer lo mismo con la sombra alargada de la bufanda que
se reflejó en la cristalera, antes de cruzar la puerta del despacho
hecha una furia.
- Pedro, he decidido que esto no puede seguir así.
- ¿Y quien te ha dicho a ti que quiero que decidas por mi?- replicó
Pedro Arriola, pasándose displicentemente la mano por la melenita -.