(Texto publicado en YucaByte.org el 13 set 2019)
Durante la comparecencia especial del presidente cubano Miguel Díaz-Canel en el programa Mesa Redonda del 11 de septiembre 2019, varios usuarios en la red social Twitter comenzaron a quejarse del bloqueo de un grupo de cuentas en esta propia red. Muchas vinculadas con medios informativos, aunque no fueron las únicas. Las cuentas de la Mesa Redonda y su presentador Randy Alonso Falcón, Cubadebate, Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Radio Rebelde, Granma Digital, Canal Caribe, Ministerio de Comunicaciones, entre otras, aparecían suspendidas. La de Oliver Zamora Oria, corresponsal de Russia Today en la Isla, estuvo también entre las suspendidas.
La reacción no se hizo esperar. Con etiquetas como #CensuraVsCubaenTwitter, funcionarios, periodistas y simpatizantes del oficialismo, incluyendo al propio Díaz-Canel, denunciaron lo sucedido como una maniobra anticubana orquestada por el gobierno de los Estados Unidos. “El Grupo de Tareas de Internet para Cuba, del Departamento de Estado, en junio pasado emitió sus recomendaciones para utilizar la red como autopista de subversión en Cuba”, puede leerse en una declaración oficial emitida por la UPEC a propósito de la suspensión de las cuentas.
Resulta paradójico ver en esta campaña etiquetas relativas a la libertad de prensa y la democracia, emitidas por esa zona que desprecia ambos conceptos y ejerce sus opuestos.
Muchos de los que protestan parecen ignorar que Twitter tiene condiciones de uso y la violación de dichos términos conlleva una penalización.
La Informatización de la Sociedad ha traído un incremento de lo que pudiéramos llamar la “trinchera cibernética” de la Batalla de Ideas. Gran parte de los funcionarios públicos se han creado cuentas en Twitter, los periodistas han incrementado su presencia y actividad, muchos disfrutan de lo que en Cuba conocemos popularmente como «teléfono petrolero», un móvil con servicios pagados por la institución a la que cada cual pertenece y que tiene entre sus razones la «defensa de la revolución».
Es por eso que al revisar la mayoría de esas cuentas se observa una abrumadora cantidad de retuits a las cuentas de los principales medios oficiales, los miembros del Consejo de Ministros, Asamblea Nacional del Poder Popular, Presidencia y la cuenta del Presidente, en contraste con la limitada creación de contenidos propios y relativos a la actividad profesional que desempeñan.
Todas estas cuentas, a su vez, son replicadas por un ejército de troles, bautizados por los usuarios cubanos como «ciberclarias»: perfiles falsos creados masivamente, cuya única función es multiplicar los contenidos de las cuentas que cada uno sigue.
Es una trama enorme y variada. Casi todos los troles, si no todos los que tengo enlistados, siguen la cuenta del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Luego pueden seguir alternativamente a vicepresidentes, ministros, secretarios del partido, funcionarios de diferentes niveles, directores de instituciones, medios oficiales de la prensa nacional, y algunos de la prensa extranjera. También suelen seguir a políticos internacionales como los miembros del gobierno y las instituciones de Venezuela y Nicaragua, el Presidente boliviano, Evo Morales, y los exmandatarios Lula da Silva, Cristina Fernández, y Rafael Correa. Luego de cumplir esta parte, se siguen entre sí.
Aunque los perfiles falsos se identifican con alguna profesión específica, por lo general no siguen a otras cuentas relacionadas con la actividad profesional que dicen desarrollar. No duermen, no trabajan, algunos tuitean a un ritmo frenético, casi por minutos, resultado de dar retuit a las miles de cuentas que siguen. Utilizan como foto de perfil alguna imagen descargada de Internet sin demasiado rigor, y un detalle simpático: suelen escoger fotografías que encajen a los estereotipos occidentales de belleza.
Dentro de estos perfiles para la propaganda ideológica, hay algunos que postean tuits originales con temas específicos con el objetivo de crear tendencias.
Este comportamiento masivo e irregular no debe haber pasado inadvertido para Twitter. Cuando inició la intervención de Díaz-Canel en la Mesa Redonda del 11 de septiembre pasado, comenzó la ola de retuits. Probablemente entonces Twitter tomó la decisión de suspender muchas de esas cuentas.
Casi todo volverá a su cauce, las cuentas reales serán restituidas como ocurrió en Venezuela tras un episodio similar y muchas fueron restablecidas.
Les dejo estas preguntas que siempre me hago cuando tropiezo con las hordas de cuentas falsas: ¿Por qué los que defienden al gobierno crean cuentas falsas? ¿Por qué hay tuiteros anónimos si dicen defender la verdad de Cuba y cuentan con el apoyo del poder?