Camión de la Junta Delegada del Tesoro Artístico de Madrid cargando obras para su traslado, junto al Museo del Prado.
El pasado miércoles, Laura García Higueras recordaba en ElDiario.es las 5.000 obras de Cultura incautadas por el franquismo y abría el camino para reclamarlas. En el listado se incluían objetos como vajillas, vasijas, cuadros, mantones, abanicos, joyas, prendas de ropa y ornamentos litúrgicos cuya devolución podrá ser solicitada por aquellas personas que encuentren bienes de su titularidad. El actual ministro de Cultura, Ernest Urtasun, anunciaba la publicación del inventario de los bienes incautados durante la Guerra Civil y la dictadura franquista. En la investigación, realizada en los dieciséis museos estatales, se han identificado 5.126 objetos entre los que se incluyen vajillas, vasijas, mantones, cuadros, joyas, prendas de ropa, abanicos y ornamentos litúrgico. Las personas que localicen un bien de su titularidad podrán presentar su registro en el Ministerio y se procederá al estudio "caso por caso" para proceder a su devolución. "Con la publicación de este inventario -expresaba Urtasun- nos convertimos en el primer ministerio en dar cumplimento al mandato marcado por la Ley de Memoria Democrática". Y ensalzaba el "trabajo heroico y pionero" que se realizó durante la Segunda República para "proteger el patrimonio artístico y cultural". La mayoría de las piezas proviene de incautaciones realizadas por la Junta del Tesoro Artístico creada por su Gobierno para salvaguardar temporalmente los bienes artísticos de los daños de la guerra. "Queremos ofrecer un espacio privilegiado a la ciudadanía para seguir conociendo la verdad de nuestra historia", añadió, "y retornar todos aquellos bienes que puedan ser identificados por sus legítimos dueños". Cuentan con un informe realizado por la Abogacía General del Estado, que es el que establece los criterios para proceder a estas devoluciones. Entre los objetos recogidos se encuentran un relieve del Museo Nacional de Escultura y una acuarela de Joaquín Sorolla. La investigación ha sido realizada por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes en las colecciones de los museos estatales gestionados por el ministerio de Cultura.
Alumnos de la Escuela de Bellas Artes fijando los carteles originales, ejecutados por ellos mismos, en defensa del tesoro artístico.
Las nueve instituciones que han identificado bienes procedentes de incautaciones realizadas durante la Guerra Civil e inmediata posguerra están: el Museo del Traje-Centro de Investigación Etnológico, el Museo Arqueológico Nacional, el Nacional del Romanticismo, el Museo Nacional de Artes Decorativas, el Nacional de Antropología, el Nacional de Artes Decorativas, el Nacional de Antropología, el Museo de América, el Museo Sorolla, el Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí y el Museo Nacional de Escultura. Además, se ha identificado una pintura conservada en la sede del ministerio de Cultura con el mismo origen. Y piezas de la colección Weissberger en el Museo de Artes Decorativas, incautadas a este coleccionista y marchante de arte por el Tribunal de Responsabilidades Políticas. Pese a que las obras fueron devueltas una vez fue absuelto de los cargos, aún se conservan piezas que fueron depositadas en la pinacoteca. El portal en el que ha sido publicado el inventario y que ya puede consultarse, incluye el listado de bienes y fichas de la mayoría de las piezas en las que se continúa trabajando para completar la información en las próximas semanas. Igualmente, se ha procedido a la digitalización de los libros de inventario de la Junta del Tesoro Artístico y la documentación de la Junta Delegada republicana de Madrid y del Servicio de Recuperación Artística, la institución franquista encargada de la devolución de las incautaciones al finalizar la guerra. El gobierno de la Segunda República creó la Junta del Tesoro Artístico (JTA) durante los primeros días de la sublevación militar. Una institución dedicada a proteger los bienes culturales de los saqueos y bombardeos para almacenarlos en depósitos seguros. A medida que las tropas franquistas fueron ocupando territorios, crearon el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (SDPAN) que, al finalizar la contienda, se debía encargar de la devolución de las obras a sus propietarios. Los bienes que no fueron devueltos acabaron depositados en distintas instituciones y museos. La investigación realizada permite trazar el recorrido de las piezas desde su incautación hasta la actualidad.
Josep Renau (Valencia, 1907 - Berlín Este, 1982)
Josep Renau (Valencia, 1907 - Berlín Este, 1982) fue uno de los máximos artífices de la salvación del tesoro artístico español de los bombardeos franquistas. "Fue una actuación vanguardista y pionera para el resto de Europa en la Segunda Guerra Mundial", afirma Isabel Argerich, responsable hasta su jubilación de la fototeca del Instituto de Patrimonio Histórico Español y comisaria, junto a Judith Ara, de la exposición Arte protegido del Museo del Prado. A pesar del sonado éxito de la evacuación del patrimonio español, "en 40 años no se hizo prácticamente nada para poner en valor la figura y la obra de Renau, sólo de manera puntual y anecdótica para cubrir el expediente", denuncia Javier Parra, secretario general del Partido Comunista del País Valenciano y discípulo político y artístico del genial autor. El testimonio de Renau, publicado en 1980 por el Ayuntamiento de Valencia, y la desaparecida editorial Fernando Torres, fue reeditada en una reproducción facsímil por el consistorio. Arte en peligro, 1936-39 narra "los esfuerzos para la conservación y defensa del patrimonio artístico" durante la Guerra Civil, explica la edil Glòria Tello. Si bien hay muchas leyendas épicas, la crónica de Josep Renau no lo es. Antes de los primeros bombardeos de la aviación franquista sobre Madrid -del 14 al 25 de noviembre de 1936- las obras de primer orden del Museo del Prado ya habían sido retiradas y protegidas. Renau, director general de Bellas Artes del Gobierno de Francisco Largo Caballero, inició los trabajos de evacuación junto con sus colaboradores. Todos -a pesar de su extraordinaria labor- acabaron exiliados: Josep Renau, Antonio Deltoro y Roberto Fernández Balbuena, en México; José Lino Vaamonde, en Venezuela, y Timoteo Pérez Rubio en Brasil. Se dio 'prelación', según relata Josep Renau, 'a las obras de primera categoría, con preferencia a las de autores nacionales. "Luego se efectuó la selección de los tapices, objetos históricos y libros según el mismo criterio, hasta poner a salvo todos los objetos de nuestro tesoro artístico histórico de valor fundamental", agrega. La protección de las obras fue precisa y minuciosa: "Se utilizaban exclusivamente papeles impermeables, travesaños especiales en las cajas para evitar los alabeos de los paneles, estudiando en cada caso particular la conveniencia de conservar o retirar los marcos que, a veces, producen estos alabeos o, contrariamente, los evitan, según su construcción, su estado de conservación o sus dimensiones". Además, la envoltura exterior estaba "totalmente impermeabilizada contra los riesgos de humedad, lluvia, nieve". Las 22 expediciones recorrieron el trayecto entre Madrid y Valencia con las obras maestras del Museo del Prado, incluidas 381 pinturas y 181 dibujos de Goya. "No hay que olvidar que estos transportes tuvieron que efectuarse en plena guerra y bajo la constante amenaza de los aviones: fue preciso aprovechar las noches más oscuras, parar los motores y apagar los faros a la más mínima alerta. Se comprenderá mejor la ardua tarea que se impusieron un grupo de artistas, profesores, técnicos, oficiales y simples soldados para coadyuvar al salvamento del Tesoro Artístico de España". La labor de catalogación, incluyendo la "consignación de las más mínimas incidencias de cada obra en un fichero especial", no fue menos ardua. "Cerca de dos mil lienzos de primera categoría, sin contar los libros preciosos y tapices célebres, pasaron por estos trámites antes de acceder a lugar seguro", apunta Renau.
Gabriel García Márquez buscó trabajo y nunca lo encontró, por lo menos en aquellos días en París.
Por otra parte, no pocos de los escritores sudamericanos pasaron parte de su vida en Francia o en España antes de darse a conocer con sus obras literarias. Gabriel García Márquez buscó trabajo en París y nunca lo encontró por lo menos en aquellos días. "Las dificultades materiales eran cada peores en aquellos días. No podía trabajar porque necesitaba una carta de trabajo y no conocía a nadie que pudiera dármelo además de no hablaba francés. A veces conseguía botellas vacías y las cambiaba, y con esto defendía mi vida. Estuve tres años viviendo de milagros cotidianos. Esto me produjo unas amarguras tremendas. Yo estaba en un grupo de latinoamericanos en la misma situación. Habíamos descubierto que si uno compraba un bistec el carnicero regalaba un hueso y se hacía un caldo. A veces uno pedía prestado el hueso para hacer su caldo y lo devolvía. En aquella época yo vivía en un hotel que se llamaba Hotel de Flandre. Los administradores se llamaban M. y Mme. Lacroix. Cuando me quedé sin un centavo, les hablé y les dije que no podía pagarles y me dejaron quedarme en la buhardilla. Pensaba que esa situación iba a durar uno o dos meses, pero me quedé un año y no tuve nunca con qué pagarles. Por aquí también pasó Mario Vargas Llosa que se hospedó en el Hotel Wetter y cuando entré en ese hotel me encontré con que los administradores eran los mismos señores Lacroix. Y lo formidable es que Mario se encontró en una situación idéntica en 1960 y le dijeron lo mismo, que subiera a la buhardilla, y él también se quedó mucho tiempo sin poder pagar. Gracias a eso yo escribí 'El coronel no tiene quien le escriba' y Mario escribió 'La ciudad y los perros'. París no ha cambiado, soy yo quien ha cambiado". Ellos, junto a Julio Cortázar y Carlos Fuentes, fueron los exponentes centrales del boom latinoamericano.
"Si me preguntas por qué escribo..." (Eduardo Galeano)
Eduardo Germán María Hughes Galeano, periodista y escritor uruguayo, nacido en Montevideo en septiembre de 1940 y muerto en el mismo lugar en abril del 2015, es considerado como uno de los escritores más influyentes de la izquierda latinoamericana. Sus libros más conocidos son "Las venas abiertas de América Latina" y "Memoria del fuego", traducidos a veinte idiomas. "Si me preguntas por qué escribo -confiesa- te diría que nací tartamudo, vengo de una familia económicamente pobre, fui hijo único, siempre la pasé solo porque era la burla de los chiquillos de la cuadra. En mi soledad me la pasé leyendo los libros viejos de papá, que él ya había olvidado por falta de tiempo, tenía que alimentar una familia. Estos libros viejos, despedazados, me salvaron la vida, me enseñaron a volar, a conocer otros mundos. Así que crecí leyendo y soñando. Mi padre me decía: 'hijo mío, eres tartamudo, deja de leer tonterías, tienes que estudiar, aunque sea un oficio porque más no podrás, si sigues así esta sociedad te va a destrozar'. Pero, seguí leyendo, porque leer me enseñó que no soy menos que todos, ni mejor ni peor, solo soy diferente. De pronto con 8 añitos me di cuenta de la vida, un auto con un alcohólico al volante mataba a mi único amigo. Conocí la vida, una hoja en blanco en la que puedes escribir lo que sea. Pero hay reglones que no dependen de ti, sino de otros. Y me volví a encerrar en mis libros. Un día, aún con 8 añitos, escribí parte de mis sentimientos y se los enseñé a mi padre, quien los vio y dijo: 'muy bien, pero tonterías pocas eh'. Así que empecé a escribir para mí y me dejó de importar si alguien lo iba a leer o si iba gustar. Además, me di cuenta de una cosa, ¡que leyendo o escribiendo no era tartamudo, no era el niño 'retrasado' de mi colonia! ¡Era genial, porque ya no me trababa, ya no me quedaba paralizado! Así que decidí seguir a mis libros, y también a la escuela como quería mi padre. Leer, dibujar y escribir fue mi salvación. Descubrí que la felicidad no es ser rico o famoso, sino aprender a amar, lo que te hace sentir en la piel tus sueños, y te enseña a sonreír cuando tu alma ya no tiene fuerza. Era solo un chiquillo que soñaba. Nunca entendí por qué mi padre lloraba cuando me veía en silencio, nunca me dijo una grosería cuando me veía escudriñando las nubes por horas, nunca me dio una nalgada, nunca me trató mal, solo lloraba. A mí padre no lo puedo culpar de nada, ni cuando llegué a los 19, 20 años y me di cuenta que no solo era tartamudo y zurdo, sino que también era adoptado y como regalito con un diagnóstico de autismo. Nunca lo supe hasta que fui adulto, entonces entendí a mi padre, quería lo mejor para mí, pero no sabía cómo.
Eduardo Galeano, uruguayo de nacimiento y latinoamericano por opción y cultura.
"Iba a una escuela donde yo era el bufón de la clase y la mayoría de maestros se burlaban de mi condición. Había una maestra de matemáticas que me hacía responder cuánto eran 2 más 2, y yo respondía, 'cua, cua, cuatro', y ella decía: '¿Verdad que parece un pato?', y todos reían. Imagínense como era mi escuela. A los 12 años, llegó el día más triste y más feliz de mi vida, cuando la maestra de literatura dijo: '¡Redacción, tema libre!'. Yo escribí un cuento con la mayoría de la gente normal: '¡Mi mamá me mima'. Era de 5 páginas, porque mi mente iba más rápido que mis palabras. Pero, la maestra me puso un cero. Le pregunté: '¿Por qué un cero?'. Me miró y dijo delante de toda la clase: 'Mira, hijo, mejor te vayas buscando un trabajo porque eres un inútil, tú no sirves para nada'. Y añadió: 'no sueñes' ¡Se imaginan decirle a un niño de 12 años que no puede soñar! Aquel día me fui llorando a casa. Nunca lo olvidaré, cerré la puerta de mi cuarto y dije: '¿Alguien cree en mí?' Vamos a ver: Mi padre nunca me vio un niño fuerte. En la escuela pensaban que era un ser inferior, sufrí acoso escolar, palizas por ser tartamudo, y entendí que los violentos eran unos cobardes cagados de miedo... Pero, ¿qué creen?, cada golpe me hizo más fuerte, seguí mi sueño, no pudieron conmigo, así que ese día, llorando, me di cuenta que sí había una persona que creía en mí. ¿Saben quién era? Yo, y era suficiente. Y, secando mis lágrimas, me dije: 'Mi padre me ama, mi madre me parió, la escuela sabe más o menos quien soy, pero el único que sabe lo que llevo dentro y el único que conoce mis sueños, ¡soy yo! Fui tras ellos, y nadie iba a cortarlos. Hice lo que me hace feliz: escribir, escribir mucho, y curar corazones, llevo años ejerciendo la cardiología, me construí un nombre en la medicina, y ¿qué creen?, ya no tartamudeo. Aunque aquí entre amigos, les confieso que de vez en cuando lo hago un po, po, poco. He seguido mis sueños y ahora encuentro placer en un mundo que nunca quiso darme un empujón, a no ser para el barranco. Hoy al mundo que me despreció le digo: Gracias a ustedes soy lo que soy. Y sigo escribiendo porque la vida es esa". Eduardo Galeano visitó España en el verano del 2008. Su principal encomienda era, según sus propias palabras, "encaminar a la criatura". Es decir, ayudar a la difusión de su más reciente libro, Espejos. Una historia casi universal (Siglo XXI Editores), una sinfonía de relatos que habla de la vida y de la muerte, del amor y del desamor; en definitiva, de los grandes contrastes de la historia de la humanidad.
Nacido igualmente en Montevideo, en julio de 1909 (31 años antes que Galeano) y muerto en Madrid, en mayo de 1994, Juan Carlos Onetti Borges fue considerado uno de los narradores más importantes de su país y de la literatura hispanoamericana. Precursor de la novela moderna y la literatura existencialista, obtuvo el prestigioso Premio Miguel de Cervantes en 1980 y el Gran Premio Nacional de Literatura de Uruguay, en 1985. La escritora uruguaya Cristina Peri Rossi considera que Onetti es "uno de los pocos existencialistas en lengua castellana" y Mario Vargas Llosa lo llamó "uno de los grandes escritores modernos, y no sólo de América Latina". No obtuvo el reconocimiento que merecía como uno de los autores más originales y personales, que introdujo sobre todo la modernidad en el mundo de la literatura narrativa. [...] "Su mundo era más bien pesimista, cargado de negatividad; eso hizo que no llegase a un público muy vasto". Por su parte, Rodrigo Fresán se refirió a 'La vida breve' como a una de las más grandes novelas latinoamericanas y señaló que es posible que, subliminalmente, Onetti no resultase atractivo a mentes simples porque toda su literatura giraba alrededor de la épica de la derrota. "A pesar de que en sus primeras ediciones la novela no tuvo mucho éxito, no tardó en ser reconocida como una de las novelas más innovadoras de su tiempo, y aún hoy en día es considerada como una de las obras más importantes de la lengua española. No tenía ni veinte años y Onetti andaba jugando a la gallina ciega en las noches del mundo. Estaba siempre en cama, por pereza, por tristeza, rodeado de pirámides de puchos, tras una muralla de botellas vacías. Y se sentía en la obligación de emitir frases inteligentísimas. Miraba al techo y no abría la boca más que para bostezar, fumar y beber, lenta sueñera, pitadas lentas, tragos lentos, y quizás mascullaba algún fruto de sus prolongadas meditaciones sobre la situación nacional e internacional: 'La cosa se jodió -decía- el día que los milicos y las mujeres aprendieron a leer. Sentado a su orilla, yo esperaba que él me dijera que aquellos cuentitos míos eran indudablemente geniales, pero Él callaba y, a lo sumo, gruñía o me estimulaba así: 'Mirá, pibe. Si Beethoven hubiera nacido en Tacuarembó, hubiera llegado a ser director de la banda del pueblo'".
El escritor, periodista y diplomático guatemalteco, Miguel Ángel Asturias Rosales (Ciudad de Guatemala, 19 de octubre de 1899-Madrid, 9 de junio de 1974) contribuyó al desarrollo de la literatura latinoamericana, influyó en la cultura occidental y, al mismo tiempo, llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas, especialmente las de su país natal, Guatemala. Aunque Asturias nació y se crio en Guatemala, vivió una parte importante de su vida adulta en el extranjero. Durante su primera estancia en París, en la década de 1920, estudió antropología y mitología indígena. Algunos científicos lo consideran el primer novelista latinoamericano en mostrar cómo el estudio de la antropología y de la lingüística podía influir en la literatura. En París, Asturias también se asoció con el movimiento surrealista. Se le atribuye la introducción de muchas características del estilo modernista en las letras latinoamericanas. Como tal, fue un importante precursor del boom latinoamericano de los años 1960 y 1970. En "El señor presidente", una de sus novelas más famosas, Asturias describe la vida bajo la dictadura de Manuel Estrada Cabrera, quien gobernó en Guatemala entre 1898 y 1920. Su oposición pública lo llevó al exilio, por lo que tuvo que pasar gran parte de su vida en el extranjero. En "Hombres de maíz", otra obra maestra, defiende la cultura maya. Asturias sintetiza su amplio conocimiento de las creencias mayas con sus convicciones políticas para canalizar ambas hacia una vida de compromiso y solidaridad. Su obra es a menudo identificada con las aspiraciones sociales y morales de la población guatemalteca. En 1967, tras décadas de exilio y marginación, Asturias obtiene un amplio reconocimiento. En 1965, gana el Premio Lenin de la Paz de la Unión Soviética. Dos años más tarde, recibe el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose en el tercer autor americano no estadounidense en recibir este honor -tras Gabriela Mistral en 1945 y Saint-John Perse en 1960- y el segundo hispanoamericano. Asturias pasó sus últimos años en Madrid, donde murió a la edad de 74 años. Fue enterrado en el cementerio de Père Lachaise en París.
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La lluvia de zascas de El Gran Wyoming a Yolanda Díaz a través de un trabalenguas: 'Si suma y no asume...'Un día después de celebrar las elecciones europeas, Yolanda Díaz, anunciaba que abandonaba la dirección de la formación y, esa misma noche, El Intermedio de El Gran Wyoming le proporcionaba una lluvia de zascas con tan solo un trabalenguas. Cristina Gallego se convertía en la política gallega y conectaba en directo con el programa de laSexta. "La artista antes conocida como líder de Sumar", la presentaba Wyoming antes de lanzar su primer órdago: "Déjeme agradecerle que después de su declaración por vídeo se haya prestado a responder aquí a algunas preguntas. Eso sí, si no le gustan le agradecería que no respondiera con una mierda". "Por supuesto que no. Estoy aquí para contestar a las dudas de los ciudadanos que me conocen", contestaba su doble al presentador quien fue directo al primer interrogante: "La primera pregunta es obligada. Señora Díaz, muchos se preguntan, ¿cómo justifica seguir manteniendo su cargo como vicepresidenta y ministra?" Sin perder la sonrisa de la cara, Gallego contestó: "Exacto Wyoming, tú lo has dicho: sumar. Si dejara la vicepresidencia, estaría restando. Restándole al Gobierno una vicepresidenta feminista, de izquierdas y comprometida con las necesidades del pueblo. Y un poquito también con las mías, pero poco porque yo siempre pongo por delante el interés de los españoles". Wyoming le lanzó la siguiente pregunta. "¿Cómo va a representar a la izquierda si ya no es la líder de Sumar?". Entonces comenzó el juego de palabras entre ambos: "Bueno, no soy líder, pero sumo" dijo ella. "Pero si no es líder de Sumar, ¿desde dónde suma?", replicó él. "Desde Sumar, claro", añadió Díaz. Wyoming sacó entonces su propia conclusión: "O sea, que, en suma, usted quiere sumar desde Sumar, pero sin sumarse a coordinar Sumar". "Claro, porque yo, desde Sumar, sumo. Ya no como líder, que ya no sumo, pero sin duda sigo sumando en Sumar". Y, mareado con "tanta suma", el comunicador procedió a un punto "más básico". "¿Asume responsabilidades en esta derrota electoral?".
Mientras en España, la izquierda anda recogiendo las piezas que saltaron por los aires el domingo con el resultado electoral y con una "posible dimisión" de Yolanda Díaz, en Francia, los partidos de izquierdas firmaron un acuerdo definitivo para constituir un Frente Popular en las elecciones anticipadas del 30 de junio. Desde que Macron anunció la convocatoria como reacción a la victoria arrolladora de la ultraderecha en el 9J, la izquierda no tardó ni 24 horas en anunciar una confluencia. Y no han tardado ni una semana en pactar la letra pequeña, con un programa conjunto de gobierno y candidaturas únicas para estas elecciones legislativas a doble vuelta. Se trata de un acuerdo que reúne a Ecologistas, a la Francia Insumisa de Mélenchon, al Partido Socialista o el Partido Comunista de Francia.
"Es una tontería pensar que tienes que leer cada libro que compras, porque es una tontería criticar a aquellos que compran más libros de lo que nunca podrían leer. Sería como decir que debes usar todos los cubiertos o gafas o llaves o taladros que compraste antes de comprar nuevos. Hay cosas en la vida que siempre necesitamos tener en abundancia, incluso si solo usamos una pequeña porción. Si, por ejemplo, consideramos los libros como medicina, entendemos que es bueno tener muchos en casa en lugar de algunos: cuando quieres sentirte mejor, ve al 'armario de medicamentos' y toma un libro. No al azar, sino el libro correcto para ese momento. ¡Esta es la razón por la que siempre debes tener una opción nutricional! Quien compra sólo un libro, lee sólo este y luego se deshace de él. Solo aplican la mentalidad de consumidor a los libros, es decir, nos consideran un producto de consumo, un bien. Los que aman los libros saben que un libro es todo menos una mercancía".
Ana Peleteiro, campeona en triple salto en el Europeo, se lamenta: "Me da mucha rabia e impotencia, pero sobre todo pena, que hoy en día sigan existiendo este tipo de personas y que además se sigan permitiendo este tipo de comentarios en las redes sociales, sin ningún tipo de represalia. Hoy tengo el corazón un poco dolido, pero sé que estas emociones las convertiré en fuerza para que todos aquellos que se burlan o ponen en causa nuestra nacionalidad, se pongan la mano en el pecho al escuchar el himno de España gracias a nuestros éxitos. No al racismo". Y Ricardo Uribarri, en un artículo en CTXT, ratifica en su denuncia: "Odio, racismo y xenofobia contra atletas españoles Llamemos a las cosas por su nombre y dejemos claro desde el principio lo que tienen que sufrir muchas personas, deportistas en este caso, por ser racializados o por su lugar de nacimiento. Odio. Racismo. Xenofobia. Eso es lo que propagan aquellos que no soportan que alguien a quien ven diferente, les represente de una u otra manera. Odio. Racismo. Xenofobia. Es lo que aparece cuando los que podían limitarse a no sentirse identificados con los éxitos de los demás, prefieren descargar su intolerancia en forma de insultos y desprecios. Varios atletas que representan a España lo están padeciendo en los últimos tiempos. Y han decidido no callarse y denunciarlo".
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Manel F., Ricardo, Javi Salado, J. Morgan, Dávila, Flavita Banana, Harca, Malagón, Riki Blanco...