Revista Cultura y Ocio

Cultura solidaria. Sí, gracias.

Publicado el 21 septiembre 2015 por Águeda Lorena García González @aguedlgg
Cultura solidaria. Sí, gracias.

Todavía hay personas que tienen sentido común y que son solidarias o al menos eso he pensado hoy: que todavía hay "personas" y no simplemente "gente", en este mundo material en que vivimos.

"Nadie da duros a cuatro pesetas" o eso dicen por ahí, pero a veces uno consigue dar unas lecciones de conducta y moral que no tienen precio: "No es más feliz quién más tiene sino el que menos necesita" o que "hay cosas que el dinero no puede comprar".

Hoy (Lunes) un día cualquiera y sin mayor importancia salí a la calle con mis hijas para realizar unas compras... Pasamos por delante de un quiosco y mis hijas miraban el escaparate y una de ellas decía: "Mamá, ¿Cuándo me vas a comprar un libro?"

Yo, le dije que sin dudarlo se lo compraría cuando me demostrase que acabados sus deberes, le sobraba tiempo para sentarse a leer (excusa barata pero también cierta) pues ya tiene bastante con sus tareas diarias y los libros de obligada lectura en periodo escolar.

Lo curioso es que no caminamos ni 50 metros y nos topamos de frente con un contenedor de papel.

El contenedor de papel no tendría nada de curioso si no fuese porque alguien depositó sobre él y con esmero un montón de libros.

Me reí y le dije a mi hija "¿No querías libros? Mira, alguien los ha dejado ahí para que otra persona pueda volver a leerlos".

Cultura solidaria. Sí, gracias.

Vivo en Torrelodones, un pueblo de la Sierra madrileña de lo más pijo... Pero la gallega, que es de pueblo (pero de pueblo de verdad, que sabe lo que cuestan las cosas y que hay cosas que por el hecho de pagar por ellas no valen más) se acercó al contenedor para cotillear los libros que había y le importó un pepino si la veía el vecino del quinto o la peluquera de la esquina.

Una vez me puse a hojearlos, se acercó también un señor y nos pusimos a revolver, como si fuese un puesto de feria por si hubiese algún libro que nos interesase y pudiese ser útil.

¡Ni que estuviesen esperando a ver quién era el primero en tocar "esas cosas"! Tuve que ser yo la que abriese la veda...jajajaja! (si es que no tengo vergüenza).

Finalmente, me llevé dos libros y mi hija mayor se llevó uno (pensé que no lo entendería, pues tiene 10 años pero me ha dejado alucinada cuanto se puso a leerlo en el sofá).

Mi hija escogió un libro que me hizo gracia, porque yo nunca leo biografías de famosos "modernos" pues no me interesan o todo lo que pueda leer sobre ellos sale en la tele y me enteraré de igual manera.

Ella escogió "El método OBAMA" (las 100 claves comunicativas del hombre que ha revolucionado el mundo).

¡Toma castaña! Eso no me lo leo ni aunque me paguen 10 euros por página leída...(o eso creía...ilusa yo).

Pero es que si hoy es Lunes, el pasado viernes las 3 chicas de la casa disfrutamos de la película "El mayordomo" que culmina con la entrada en la Casa Blanca del primer Presidente de los E.E.U.U. de raza negra (película que narra las vivencias de un mayordomo en la Casa Blanca y la lucha por los "derechos civiles" de las personas de color durante el mandato de 4 Presidentes)

Yo intentaba explicarle a mi hija eso del KU KLUX KLAN, la segregación racial y todas esas cosas que ella no entendía.

También le conté que lloré de la emoción cuando OBAMA fue proclamado Presidente (me pareció algo importantísimo y es que la Rubita se emociona con esas cosas).

El caso es que llegamos a casa con los libros y alguno de ellos estaba subrayado por el lector anterior. Subrayó lo importante y me hizo gracia.

Lo peor de todo es que ¡me ha enganchado el dichoso libro! Esta noche empiezo a leerme "El método OBAMA" y mal no me va a venir pues subrayó cosas como éstas:

Cultura solidaria. Sí, gracias.

Por eso hoy volví a casa contenta, diciéndoles a mis hijas que teníamos que devolver el favor y el préstamo. Que cuando no supiesen que hacer con algún libro lo dejaríamos ahí,donde alguien pueda encontrarlo y si le gustaba podría llevárselo a su casa.

Gestos como éste me hacen creer que la educación, la bondad y la generosidad no tiene precio.

Habrá quien diga que carece de importancia este hecho y que la persona que dejó allí esos libros simplemente había hecho limpieza en el desván de casa...

Cierto, hizo limpieza. Pero hizo otra cosa ¿no?

A mí por lo menos me ha alegrado el día, pues si no fuese por personas como estas que entienden que "compartir es vivir", que hay gente que no puede comprarse el BESTSELLER de turno o el último Premio Planeta... Además, estoy segura de no ser la única que se llevó algún libro.

El señor que miraba conmigo se llevó uno y allí quedaron un montón de libros deseando seguro que alguien se los llevase a casa.

Contenta. Satisfecha. Orgullosa... Para mí estas cosas son gestos que sin importancia ¡Importan mucho! Mis hijas han aprendido hoy varias cosas: Que hay personas que sí piensan e los demás y que no hace falta que nuestras posesiones sean "nuevas" o compradas en el sitio más pijo del barrio (pues creemos que si ha sido carísimo mola más).

Cultura solidaria. Sí, gracias.

Estas cosas nos hacen valorar que no todo es dinero, comprar y gastar. Que bien podía haber vendido esos libros y sacarse unos euros... Pero los dejó sobre el contenedor (dentro nadie los hubiese visto) donde yo los encontré y a mí me han sido de utilidad.

Me comprometo a devolver el préstamo con estos y otros libros que iré dejando según vaya leyendo para que puedan ser leídos por alguien más.

No es algo para "tirar cohetes", pero menos es nada y a mí me ha hecho reflexionar... "Es mejor dar que pedir...¡Pues entonces da!".


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