En las últimas décadas la cultura ha comenzado a jugar un papel muy importante en las sociedades y en el desarrollo de las mismas. No cabe duda, de la relevancia que tiene la cultura en el desarrollo de las ciudades, de las sociedades y de la diversidad, etcétera; siendo imprescindible su aporte en la actualidad.
La cultura traspasa fronteras, convirtiéndose en un factor de desarrollo para las sociedades y sus habitantes; por tal razón, cuando se fortalece la cultura, del mismo modo se construye ciudad.
Según la Unesco en 1982 “La cultura puede considerarse como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”, (como se cita en Cultura. Estrategia para el desarrollo local, 2007. 9)[1], de lo anterior se deduce la importancia que tiene la cultura en todas las disciplinas, necesarias para el desarrollo de sociedades.
Es de resaltar, cómo la cultura contribuye a mejorar las condiciones económicas de los habitantes de una región; representadas en el intercambio de bienes y servicios culturales de los países, “el objetivo último de las políticas culturales es asegurar un desarrollo equilibrado y sostenible de las personas y las comunidades”[2]; esto quiere decir que, el desarrollo debe girar en torno al bienestar de los individuos y que la cultura sea ese puente que favorezca las condiciones de progreso en las sociedades.
Igualmente, la cooperación cultural al desarrollo reafirma la dimensión de esta en las acciones del desarrollo humano. De este modo, podemos analizar el valor que tiene la cultura en la economía y la sociedad. Su aporte al desarrollo no es solo económico, sino también en lo social y regional de cada nación.
Por consiguiente, el papel fundamental de la cultura es convertirse en un medio eficaz donde los individuos, sociedad y país puedan desplegar sus procesos para un desarrollo sostenible, acompañado por políticas culturales que tomen en cuenta estas características, antes mencionadas, donde se incluya a la cultura como estrategia para que las personas alcancen una estabilidad económica que les permita mitigar algunas crisis financieras que se les presenta.
Finalmente, se debe considerar que la diversidad cultural juega un papel relevante en el desarrollo de los individuos, la sociedad y el país, tanto en ámbitos locales como regionales, nacionales e internacionales.
Las políticas culturales deben girar en torno a las necesidades de las personas, con el fin de gozar de plena satisfacción en el quehacer diario de representar la cultura.
Por último, las culturales contribuyen al bienestar de las personas, al igual que permiten mejorar las condiciones económicas de los individuos de una región, asegurando el desarrollo equilibrado y sostenible de una nación.
Referencias
- Pau Rausell Köster (Dir.). Raúl Abeledo Sanchís. Salvador Carrasco Arroyo. José Martínez Tormo. 2007. Cultura. Estrategia para el desarrollo local. Agencia española de Cooperación Internacional. file:///C:/Users/pc/Downloads/cultura-estrategia-para-el-desarrollo-local–0.pdf
- José Ramón Insa Alba. 2009. LA CULTURA COMO ESTRATEGIA PARA EL DESARROLLO. https://www.zaragoza.es/contenidos/cultura/observatorio/LA_CULTURA_COMO_ESTRATEGIA_DE_DESARROLLO.pdf
- Cultura y desarrollo. https://www.oei.es/historico/cultura/cultura_desarrollo.htm