Revista Opinión
"No podemos limitarnos a poner la cultura en manos de los empresarios cuando sabemos que no van a invertir. Ellos buscan beneficio a corto plazo y es más sencillo encontrarlo en otros sectores. Además, la cultura no es una fábrica de zapatillas" nos recordaba Marce en su muro de facebook hace unos días, citando lo dicho en una asamblea ciudadana sobre cultura.
De acuerdo con el mensaje contenido en la frase, y no tanto con el director in pectore del Festival de Teatro de Mérida, que desde su posición principal en tan cuidado y protegido festival, se asomó recientemente a un diario regional para publicitar su biografía emprendedora y defender que el teatro extremeño arriesgue más y no dependa tanto de las administraciones, tesis muy acorde con la moda recortadora y supongo del agrado de sus empleadores.
Cáceres no tiene fábrica de zapatillas, ni de zapatos de tacón, y está casi rodeada por una zona de protección especial que limita las posibilidades de crecimiento industrial; por eso los cacereños apostamos desde hace tiempo por convertirla en campus de humanidades y letras, ciudad de congresos, centro turístico, capital cultural de Extremadura, buscando en el sector de la cultura uno de los motores de sostenibilidad y progreso de la ciudad y sus vecinos, habida cuenta de que la actividad industrial y financiera (también el banco de España cerró su sede cacereña) preferían instalarse en la vecina Badajoz por su mayor atractivo ambiental, poblacional, fronterizo y logístico.
La cultura no solo alimenta el espíritu, también genera actividad económica, empleos y sostenibilidad, de ahí la importancia estratégica de la elección cacereña por ella, casi al descarte en ausencia de otras iniciativas o alternativas emprendidas; Womad, Festival de Teatro Clásico, Foro Sur, Folklore de Pueblos del Mundo, Irish Fleadh, Semana Santa, oferta museística, museo Cáceres Ciudad Monumental, Extremúsika, Pop Art, Otoño musical, Música antigua, cines de verano al aire libre, salas de arte, etc. han supuesto y/o suponen una manifestación cultural y artística, pero también la llegada a la ciudad de miles de visitantes que pernoctan en ella, consumen, la pasean y se convierten en publicistas de sus atractivos turísticos y hospitalidad. Hay que fomentar iniciativas como la de La Coral In Pulso de Cáceres, que organiza encuentros de Corales españolas en diversas iglesias cacereñas, el último en Santo Domingo junto al Coro San Andrés “Sergio Domingo” de El Entrego, municipio asturiano; loable la colaboración desinteresada que prestan los párrocos de las iglesias donde se celebran los encuentros, con el debido respeto a su condición de lugar consagrado, así como las ayudas de algunas Instituciones administrativas y financieras de la ciudad y provincia.
Con ocasión del III concurso y IV curso internacionales de música organizados por la Fundación de Música y Artes Escénicas en distintos enclaves de la ciudad los días 8-10 de julio, con más de 180 participantes, sugiero que las administraciones públicas con presencia en la ciudad contribuyan más a sumar de manera coordinada sus recursos al servicio de la promoción cultural cacereña en vez de dejarlos ociosos; un ejemplo: muchas residencias y colegios mayores universitarios fuera de Extremadura, albergan durante el parón veraniego actividades complementarias para redondear su presupuesto, mantener en uso los recursos fijos y promover la cultura local sin costes adicionales o incluso con superávit.
Las residencias universitarias de la Junta de Extremadura en Cáceres, que antaño organizaron cursos de idiomas, congresos académicos y similares, ahora son paralizadas durante julio y agosto por decisión de la Consejería de Educación y Cultura, dicen que para reducir gastos, lo que me atrevo a considerar un error, pues estas instalaciones inactivas generan mayor coste social y económico en los cierres/aperturas veraniegos que si se gestionan con interés y eficacia actividades complementarias, pues los trabajadores fijos han de permanecer si o si en el centro limpiando sobre limpio para no cruzarse de brazos; es posible mayor sensibilidad y compromiso con la actividad cultural cacereña, sin excesivo esfuerzo, con un poquito de ilusión y voluntad.
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/cultura-fabrica-zapatillas_815183.html