Para los entendidos en música no será difícil recordar a Boy George, sin embargo, probablemente la audiencia media (aunque yo no sé si la gente que solamente escucha lo que ponen en las radiofórmulas más comerciales, es decir, ni siquiera Kiss FM o M80, que al menos ponen música internacional de décadas pasadas, pasa habitualmente por el blog) no tenga ni repajolera idea de quien era este personaje tan revolucionario en su momento como podría ser Lady Gaga en la actualidad.
Y es que George O’Dowd, Boy George para los amigos, no solamente era un buen cantante, con una de las voces más suaves del pop de los ochenta, y un buen compositor de música que se movía entre el funky y soul blanco, sino que su imagen tan ambigua, (vean que lo de “boy” delante de su nombre era para distinguir que en realidad era un chico) era marca principal de la casa.
Boy George era uno de tantos personajes asociados al mundo nocturno londinense de finales de los 70 y comienzos de los 80, siendo uno de los habituales rostros que salían por el Blitz, un bar, pub o cabaret nocturno de cuya gerencia se encargaba en aquellos días el también controvertido (a su manera) Steve Strange, a la postre líder de Visage.
Junto al batería Jon Moss, durante cierto tiempo pareja sentimental de Boy George, Michael Craig al bajo y Roy Hay como guitarrista y teclista, darían lugar a una formación musical ligera, asociada a sonidos con ciertos matices de soul, jazz, funky e incluso leves toques de techno pop ingenuo, todo ellos aderezado sobre un enfoque pop, que vendría a llamarse Culture Club. Destacaron sobre todo sus 2 primeros discos y me he quedado con su debut “Kissing To Be Clever” para el post de esta semana.
“White boy” tiene una base muy marcada y un sonido relativamente fuerte (dentro de los niveles de Culture Club). Ofrece esta apertura mucho movimiento e incluso en su repetitivo estribillo podemos atisbar unos guiños al rap. También el comienzo o los primeros compases de esta composición me recuerdan muy claramente a “Show me”, que era la canción que abría el “The Lexicon Of Love” contemporáneo de los ABC de Martin Fry; y es que en algunos momentos hay ciertos vínculos sonoros entre ambas formaciones. Aquí destacan mucho los efectos de viento trompeteros y los ritmos funky, como podrán sacar en conclusión. “You know I’m not crazy” rebaja su dosis de ritmo, centrándose en un sonido de medio tiempo, y una cierta factura sinuosa y sensual a cargo de Boy George al micrófono, apoyado en una suave base de percusión. No obstante, poco a poco la canción va ganando intensidad, llegando a algunos momentos álgidos interesantes, con instrumentos de viento por medio nuevamente. En 3er. lugar encontramos la saltarina, festiva y caótica “I’ll tumble 4 ya”, la cuál sin ser demasiado complicada en estructura, da lugar a una composición resultona, muy ligerita y alegre. Hay que destacar que esta canción se editó también como single tardío del disco. A continuación “Take control” deja de lado los ritmos cálidos y despreocupados, para ofrecernos una canción más solemne en ciertos pasajes, sobre todo en el estribillo de la misma. La base rítmica es más rotunda y contundente y Boy George se muestra más nervioso y agitado en su proceder al micrófono. “Love twist” llega mediado el disco, para ofrecer una pista de cierto sonido nocturno y misterioso, destacando por ciertos toques de saxofón que incluye y algunos elementos de factura rapera a cargo de la colaboración de Captain Crucial. En algunos puntos esta canción tiene semejanzas con la posterior “Changing every day” del siguiente disco de la banda “Colour by numbers”. “Boy, boy (I’m the boy)” ofrece una composición muy acorde al sonido medio que Culture Club está sellando a lo largo de todo el disco, con una interesante base funky y con matices de rythm and blues. Posteriormente llega el turno de “I’m afraid of me” que es una canción de factura ingenua y voluble, sobre todo debido a sus tecladitos, en la que Boy George cuenta con ayudas corales femeninas. De nuevo nos encontramos con un sonido despreocupado y muy festivo, parecido al que se presentaba en “I’ll tumble 4 ya” unas canciones más atrás.“White boys can’t control it” resulta más sesuda en sus formas, con un ritmo más marcado y pausado, con un sonido más misterioso. Nuevamente nos alejamos de los compases ingenuos de “I’m afraid of me” para que durante unos minutos se nos ejerza un dominio marcial de los instrumentos de viento, los cuales son los protagonistas de esa solemnidad que ofrece esta canción. El gran clásico del disco es “Do you really want to hurt me”, y llega justo al final de la obra. Ver la imagen de Boy George en unos baños públicos o en un club nocturno con su estética y luego terminar el videoclip en los calabozos de una comisaría, tras un peculiar juicio, pero todo ello con la cadencia, lentitud y sosiego que transmite esta pieza, no deja de ser curioso, aparte de por los escándalos posteriores y relativamente recientes que Boy George ha ido protagonizando. Se trata del éxito menos animado de la trayectoria de Culture Club, número 1 en el Reino Unido, que de aquí en adelante se anotaría sus mayores triunfos con temas de melodía más ligera como “Karma chameleon”. Puede ser algo repetitiva, pero su aceptación estriba en la buena dirección vocal del George y el sonido sinuoso de sus líneas de bajo y batería, ofreciendo una sensación entre la relajación y el misterio a ratos muy resultona. Comúnmente suele encontrarse a “Kissing To Be Clever” con una serie de bonus tracks de lo más interesantes, que en parte vienen a paliar el fallo enorme que es que “Time (clock of the heart)” no se encuentre en el track list principal del disco. Lo primero es la bailable e hipnótica “Love is cold”, que nos permite animarnos considerablemente debido a su trepidante ritmo, formado por distintas notas de teclado y saltarinas notas de guitarra y bajo. Posteriormente nos encontramos una frivolidad rapera a cargo de Captain Crucial, que ya apareció antes en “Love twist”, colaborando con el Culture Club. Pero el mejor momento de todos vendrá justo después gracias a la citada “Time (clock of the heart)”, que sin dudas es una de las mejores canciones de toda la discografía del grupo. Personalmente puede que sea mi favorita de Culture Club. Es sobre todo esa envoltura de corte clásico, con sonidos de violín, lo que le confiere una elegancia y manierismo de alta esfera; aquí nuevamente podemos establecer un paralelismo con ABC y su “The look of love (part.1)”, que también usaba elementos que le concedían un sonido clásico. Esta canción tiene unos aires de ensoñación que le otorgan su mayor ventaja, y que sobre todo se pueden apreciar en su estribillo, el cual es excelente. Y sin que suene redundante, sino que además es una tremenda alegría tras las buenas sensaciones que te deja “Time (clock of the heart)”, se dispone como cierre “Romance beyond the alphabet”, que no es otra cosa que una versión o variación instrumental de su predecesora. Mejor forma de terminar el disco es imposible de concebir.
Sería la época o el periodo de tiempo que medió entre la publicación y promoción de sus 2 primeros discos, los días de mayor éxito para el Culture Club. Al muy buen resultado que obtuvo “Kissing To Be Clever”, le sucedería el si cabe mejor acogido “Colour By Numbers”, en el que se incluyeron clásicos del nivel de popularidad como “Karma chameleon” o “Miss me blind” y otros temas que antaño sonaron también mucho como “Church of the poison mind” o “It’s a miracle”.
Sin embargo el Culture Club no conseguiría superar el resultado de “Colour By Numbers” y posteriormente comenzarían a decaer, aunque para entonces ya formaban parte de la cultura popular, y se ganaron protagonizar algún hito mediático como el haber participado en la mítica serie “El Equipo A”, en la que tuvieron como manager al guaperas Phoenix y tocaban en bares del oeste americano, repletos de rudos cowboys.
Al igual que el que fuera manager del Blitz Steve Strange, el cuál tras la disolución de Visage llegó a ser arrestado por robar en tiendas y posteriormente ha terminado siendo carne de realitys shows en las televisiones británicas (triste, pero cierto), Boy George se ha caracterizado últimamente por ser una calamidad, incurriendo en numerosas sanciones por posesión de drogas y condenado a trabajos sociales. Lejos dista la época de hiperactividad al margen del Culture Club que tuvo en la 2ª mitad de los 80 en solitario como Jesus Loves You y otros proyectos. No deja de resultar gracioso que Divine, el mítico actor travestido de los años 70, opinaba algo sobre Boy George como: “me pone enfermo; ¡no termina de definirse!”.
“Kissing To Be Clever” fue todo un fenómeno en su momento, sobre todo por el impacto que Boy George produjo por su irrupción con su controvertida imagen. Pero no nos engañemos: la envoltura de George no tiene por qué desvirtuar el contenido de la obra; siempre les digo lo mismo: céntrense en la música en sí, por favor. “Kissing To Be Clever” es un lp repleto de temas muy bailables y animados. Quizás el protagonismo de Boy George aquí fue más que evidente, ya que él es el único de los componentes que aparece en la portada; en “Colour By Numbers” se tendría un detalle con los otros 3 componentes del grupo, concediéndoles una fotografía en la portada a cada uno, aunque, eso sí, de menor tamaño que la de Boy George.
En todo caso, estimo que si ustedes se quitan los prejuicios de imagen que puedan tener (o no) respecto a Boy George, creo que podrán pasar un buen rato en compañía de cualquiera de sus dos primeros discos de estudio. Canciones como “Time (clock of the heart)” o “Miss me blind” creo que así lo certifican. Yo les he propuesto comenzar por el principio, pero no se extrañen que algún día de estos les hable de “Colour By Numbers”. El tiempo lo dirá.
Ya tienen el planning de la semana radiofónica en &radio en nuestro rincón de la web. Lo más destacable es el estreno del programa que dedicamos a Queen y su disco “A Kind Of Magic” que se emitirá el miércoles a las 23.00h tanto en &radio como en RUAH en el cual tenemos una colaboración puntual del excepción, ¿se lo van a perder? Esta tarde a las 19.00h se repite en RUAH el programa dedicado a Morrissey. ¡Ah! Se me olvidaba: en breve más novedades sobre nuestro programa de radio. El día de hoy les garantizo que es muy importante, al menos para mi y para mi humilde proyecto radiofónico. En las próximas semanas les contaré sobre ello.