Este clásico que os reseño hoy, y que me sirve para avanzar en el reto de los Imprescindibles del año (que llevo bastante retrasado) lo tenía pendiente desde hace mucho tiempo. No sé cuándo supe de su existencia, pero sí recuerdo que fue en alguno de los libros de la saga Crepúsculo (¡Ay!) donde lo vi mencionado y alabado lo suficiente para que me llamase la atención. De hecho, cuando en Círculo de Lectores aprovecharon el tirón de la novela de vampiros, sacaron una edición del clásico promocionándola como la novela adorada de Bella... y yo la compré (doble ¡Ay!)... sin saber que ya tenía una edición en casa con la misma traducción y encima un prólogo (triple ¡Ay!). Desde entonces, sin entrar a investigar para no comerme spoilers, mi curiosidad fue creciendo a medida que leía alguna cosa puntual. Y ha sido ahora, cuando entre Arse y yo nos motivamos para hacerle una lectura conjunta, que ha caído definitivamente. Argumento
Un hombre llamado Lockwood llega a la finca llamada Cumbres Borrascosas para conocer al señor Heathcliff, su casero, que le ha alquilado una villa cercana, la Granja de Tordos. El recibimiento no puede ser más desagradable. En la casa viven también la nuera de Heathcliff, Catherine, y el joven Hareton. Los tres personajes le parecen a Lockwood toscos y amargados. Al regresar a la Granja, la señora Nelly Dean, que sirve allí y cuidó de ellos cuando eran niños, le cuenta la historia de las dos familias que han vivido en ambos caserones, los Linton y los Earnshaw.El señor Earnshaw, dueño de Cumbres Borrascosas, trajo un día a su casa a Heathcliff, un niño gitano abandonado en las calles, para criarlo como suyo. Los hijos de Earnshaw le recibieron de manera dispar: Catherine, se hizo buena amiga de él, pero el hijo mayor, Hindley, lo detestaba y no perdía ocasión de humillarlo. Años después, tras la muerte de ambos progenitores, Hindley se casa con una mujer llamada Frances, con quien tiene un hijo, Hareton.
Heathcliff, relegado al papel de un criado, mantiene todavía su gran amistad con Catherine. Un día deciden ir a espiar a los vecinos que viven en la Granja de los Tordos, los Linton, que los sorprenden. Mientras intenta huir, un perro muerde a Catherine. Los Linton la recogen, la cuidan y la alojan en su casa durante una temporada mientras que expulsan a Heathcliff, al que consideran poco menos que un criado. Cuando Catherine vuelve a Cumbres borrascosas, ha cambiado: ya no es una niña salvaje, sino toda una señorita, lo que abrirá una brecha cada vez mayor entre ella y Heathcliff.
ReseñaPodría aún alargar un poco más el argumento, pero creo que con lo dicho hasta aquí es suficiente para que sepáis por dónde va la historia y para poder contar lo que me ha parecido este novelón. Porque sí, es un novelón con todas las letras y como hacía tiempo que no me encontraba entre mis lecturas.
Lo primero que me llamó la atención, después de haber leído la breve sinopsis de la solapa, fue que el narrador estuviese en primera persona desde un punto de vista de un personaje secundario, sobre todo porque los primeros capítulos son tremendamente desconcertantes ya que no se sabe quién es quién, qué relación tienen entre sí y por qué conviven bajo el mismo techo unos personajes que se profesan un odio declarado. Todo es muy extraño hasta que conocemos a Nelly y empieza a contar la historia desde su punto de vista y desde el principio. Las piezas van encajando a medida que se va acercando el relato al presente en que Lockwood está escuchando. Salvo momentos puntuales, será ella quien nos cuente todo lo que sucede y es que este visitante es, al final, una mera excusa para conocer la trágica y retorcida historia de las dos familias. Me ha parecido un recurso muy original que ya había visto en El gran Gatsby y que entonces me parecía moderno y diferente. Pues Emily Brontë se adelanta un siglo a esto. Claro que me falta información para saber cuándo se usó por primera vez este tipo de narración.
Entrando a la trama en sí, yo la clasificaría como anti-romántica o como una historia en que el héroe, el protagonista supuestamente romántico, es en realidad el villano de la novela. Siendo justa, hay pocos personajes que merezcan la pena (en un sentido humano) y la mayoría bailan entre el egoísmo y la crueldad. Pero quien se lleva la palma es Heathcliff, la estrella oscura de la novela. Sabemos de él que carece de orígenes, que lo pasó mal por culpa de Hindley y que luego Catherine le hace daño. Sin embargo, la empatía que surge por estos motivos se diluye pronto al convertirse en un personaje despiadado. Hace cosas realmente imperdonables que no tienen justificación. Lo cierto es que se podría hacer (y seguro que se han hecho) tesis sobre él porque por odioso que resulte, es el que atrapa al lector haciendo que el resto de personajes bailen a su alrededor como él quiere. No quiero llevar a error, no es un protagonista para enamorarse por fascinante que resulte. Ni siquiera es un "chico malo" que cambia para bien gracias al amor, sino todo lo contrario, cuando más ama a la protagonista, más cruel acaba siendo. Es implacable, retorcido, despiadado y un montón de adjetivos más por el estilo.

De secundarios, Nelly es la voz de la razón, la única que parece sensata en todo este caos. Al haber participado en la crianza de casi todos los personajes que aparecen, es la que mejor los conoce y la que sufre cuando alguno lo pasa mal. Lockwood tiene muy poco peso como personaje como para detenerme en él y, de los demás, prefiero no decir nada para no destriparos detalles importantes del libro.
Sin duda, es la complejidad y lo bien creados, desarrollados y definidos que están los personajes lo que ha hecho de ésta una novela que sigue impactando con el paso del tiempo. No he leído ninguna historia que fuese menos romántica teniendo como base de la trama un romance. No es una novela de amor aunque éste sea un motor muy importante para las acciones de unos y otros.
No puedo dejar pasar sin comentar que, en la novela, hay una parte que corre el riesgo de parecer una telenovela melodramática de sobremesa. Por suerte, la pluma de la autora impide que caiga en eso y, con un giro tremendo de guión, devuelve el nivel que tenía.
¿Y el final? Personalmente, no le cambiaría una coma. Salva lo que se puede salvar, le da un toque gótico y escalofriante que es la guinda de la obra y cierra el círculo de odios que había devastado a las dos familias. Soberbio y emotivo. Perfecto.
En definitiva, por más extraño que sea, he despreciado a prácticamente todos los personajes, sobre todo al protagonista, pero aún así, la historia de venganza y amores que se mezclan con odios me ha fascinado. Es un clásico complejo y de enorme intensidad, duro y cruel como no me podría haber llegado a imaginar. Un imprescindible, sin duda alguna.

