Revista Opinión

CUMPLIMENTAR A RUFINO FÉLIX MORILLÓN Hace varias décadas ...

Por Moisés Moisés Cayetano Rosado @MoisesCayetanoR

 CUMPLIMENTAR A RUFINO FÉLIX MORILLÓN

CUMPLIMENTAR A RUFINO FÉLIX MORILLÓN Hace varias décadas ...

Hace varias décadas conocí a Rufino Félix Morillón. Me hablaban de él varios jóvenes poetas extremeños que se quejaban de la poca atención que se dispensaba en Extremadura al que era uno de los mejores poetas que había dado la región en el siglo XX.

Tras leer su obra de entonces, y seguir su trayectoria hasta la actualidad, me convencí de que estábamos ante el poeta más completo que había dado Extremadura en el siglo XX y lo que va del XXI.

Aquellos jóvenes poetas seguían admirándolo y se alegraron de que los Premios Ciudad de Salamanca y Ciudad de Badajoz ratificaran la calidad de su poesía.

Luego llegó la edición de sus Obras Completas (1.500 páginas) por parte del Ayuntamiento de Mérida, que lo nombró Hijo Predilecto.

Había llegado el momento de publicar una Antología de su obra, que acercara a los lectores una obra tan ingente de este autor que ya rebasó los noventa años, pero que tiene la ilusión y la fuerza poética de un joven adolescente.

Y la Fundación Caja Badajoz acometió el objetivo con generosidad, en una cuidada edición, bajo la selección del profesor Francisco López-Arza y su hijo del mismo nombre, que tiene intención de hacer su tesis doctoral sobre Rufino.

Al presentar su obra en Mérida el 24 de mayo nos vimos rodeados de un entrañable grupo de amigos y admiradores, que pensé se repetiría en Badajoz el 31 de mayo. Y más cuando un buen número de los poetas que me alabaron una y otra vez su obra, y se quejaban de la poca atención que se le había tenido residen en esta ciudad.

Pero a la presentación únicamente asistieron tres de esos poetas “reivindicativos”, y no los al menos treinta que esperaba (aquí los poetas abundan más que las piedras en el río Guadiana). Esos tres y algunos otros amigos y amantes de la buena poesía, dispuestos a disfrutar del autor, cumplimentándolo en su senectud.

Me siento, sí, defraudado. Esos “prolíferos vates” que se prodigan en redes sociales no encontraron tiempo para saludar y disfrutar con el viejo amigo. ¡Seguramente están muy atareados redondeando su impagable obra personal!


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