Cumplir los sueños

Por Flipsaltamontes

La imagen que ilustra este texto se corresponde con la sexta cumbre más alta del planeta Tierra, es el conocido Cho Oyu, y desembarco en él como la excusa perfecta para plantearles una pregunta ¿no debería ser la vida ese tiempo de que disponemos para cumplir nuestros sueños? Pues para un viejo amigo alcanzar su cima, el próximo mes de septiembre de 2011, es su sueño, su objetivo. Ya está en ello, escalando las dificultades económicas y logísticas que van a ser más duras que los más de 8.000 metros de la cumbre nepalí.

Otro ejemplo diferente me lo aporta un amigo de los de siempre, de esos con los que descubriste casi todo en este mundo cuando ambos reíamos por cualquier cosa y nada ni nadie nos robaba la sonrisa perpetua o el brillo de los ojos. Él también ha tenido siempre un sueño; navegar, navegar a vela en un barco, en travesías transoceánicas. Soñaba, este hermano de vida, en disponer algún día de un pequeño barco de velas blancas y dar la vuelta al mundo con la familia que ahora ha creado. Hace menos de una semana se embarcó, laboralmente, en un velero para llevarlo de Valencia a Canarias. Ayer me decía que su sueño ha volado; gracias a un temporal, una tormenta de 52 horas, olas de 10 metros y vientos de 80 km/hora que les sacudió y maltrató en alta mar. En ese calvario solo pensaba en una cosa, ¿por qué he puesto en riesgo la posibilidad de ver crecer a mi hija?

Un sueño también puede ser escribir un poemario; sentirse querido, deseado, correspondido; un sueño puede ser buscar que los que te rodean te entiendan; un sueño puede ser perderse, no coger el teléfono; pasar la tardes leyendo; o recorrer la autopista Panamericana desde Canadá a Argentina.

¿Pregúntense qué sería un sueño para cada uno de ustedes?

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