Cupido y Psique, de Bouguereau, 1889
Este relato viene de aquí.
Miro al niño, sentado en el respaldo del diván y aún no me lo creo. ¿Cupido? ¡Venga! ¡No me fastidies! Pero… Las alas son de verdad y el niño ha volado por la consulta hasta llegar a ese diván. Esto es así.
O no, claro. Igual estoy hablando con una alucinación de mi cerebro cansado. Decido probarlo y le lanzo el boli y la libretita que he cogido automáticamente al sentarme para iniciar la sesión.
Con el boli no tengo puntería pero la libreta le impacta en la cara. Primero, frunce el ceño pero después, se pone a llorar desconsoladamente- Errr, perdona, Cupido. Sólo quería confirmar que eras de verdad. No quería hacerte daño. Perdona, por favor.
Parece entenderme. Menos mal… No debo olvidar que el niño…vuela. Y es …Cupido. Nada. No me lo creo…
Retomo la sesión con una sonrisa trémula. Estoy acojonada.-. A ver, ¿Qué te pasa?
-. ¿Por dónde empiezo, Doctora?- Mueve las alitas, flop-flop,-¿Qué le parece mi infancia? ¿No se empieza siempre así?
-. Bueno, depende del caso pero en el tuyo… Empieza por dónde quieras.
-. Soy Cupido también llamado también Amor en la poesía latina. Vengo de la mitología romana y soy el dios del deseo amoroso. Mi madre es Venus, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad y mi padre es Marte el dios de la guerra. Y… no soy un niño con alas,! joder!
-. ¿Qué quieres decir con qué no eres un niño?
-. Crecí y me trabajé mi cuerpo, la verdad. Soy un tío bueno, como decís ahora. Además, me enrollé con Psique , un bellezón. Ella ha sido el amor de mi vida aunque sé que no la volveré a ver jamás.
- Psique es un bonito nombre, Cupido. ¿Y por qué no la verás nunca más?
-. Hace siglos os dio por decorar con los Puti y me cambiasteis la imagen. Mi identidad. Tanto puti, tanto puti… Convertistéis a Cupido en este niño que ves. ¿Cree que Psique quiere tener algo conmigo? Míreme bien, Doctora.
-. Nunca había oído eso de los Puti. ¿Qué son?
Me recita la definición de Wikipedia : Los puti (plural de puto en italiano) son motivos ornamentales consistentes en figuras de niños, frecuentemente desnudos y alados, en forma de querubín o amorcillo. Son abundantes en el Renacimiento y Barroco italiano y español y forman parte de los motivos clásicos de la época.
-No sé cómo podríamos arreglar eso, Cupido. No te imagino con cuerpo de adulto.
-.Ni Ud, ni nadie… Además, los seres humanos me lo están poniendo cada vez más difícil. El sacrificio de vivir en este cuerpo de niño rechoncho al que , encima, le tapan los ojos, me está sirviendo de poco. Le pongo un ejemplo de algo muy grave : El “Amor a primera vista” va a desaparecer por el auge del “Amor Virtual”. Se me enamora la gente, vía chat y mensajitos. Sin haberse visto nunca. ¿Cómo es eso posible?¿Y el “Amor a primera vista”, qué, eh? ¿Cómo voy yo a tirar mis flechas en ese mundo 2.0? Nadie ha pensado en eso…
Me doy cuenta que esto va a ser largo y difícil. Tengo delante de mí a Cupido con una grave crisis de identidad, la autoestima baja, el corazón roto y, además, con una perspectiva profesional muy complicada. Se está dejando llevar por una taquilalia y habla sin cesar. Que el amor no es ciego, que el amor no es eterno, que si la dopamina, que si la oxitocina, que si los movimientos peristálticos intestinales, que si el cerebro… Me está agotando.
Ahora, se pone a llorar. Como un niño…
-¿Qué tal si quedamos mañana a la misma hora y seguimos la terapia?
Oigo el Flop-Flop y Cupido ha desparecido.
Creería que todo esto es una crisis alucinógena aguda que he sufrido pero…una pluma blanca se desliza suavemente por el aire , pasando por delante de mi nariz y depositándose en mi falda.
Estornudo. Las plumas me dan alergia…
Anexo : Él dice que es así…