Foto tomada en Accra,capital de Ghana y precisamente uno de los países más desarrollados del África Occidental.
Foto: Aurora M. Alcojor
Carteles como éste se repiten a lo largo de la mayoría de los países del África occidental, con variantes en las enfermedades tratadas pero abarcando siempre un enorme múnero de ellas, sea cual sea su tipología.
En la mayoría de los casos, acudir a uno de estas 'Herbal clinic' no supone más que un gasto añadido y la toma de algunos compuestos que, si bien no logran curar la enfermedad, tampoco hacen daño a quie los toma. Pero no en todas ocasiones es así y más de una vez el remedio ha terminado empeorando al paciente, cuando no provocándole directamente su muerte.
Pero la importancia de estos curanderos tradicionales es tan grande, y tan dificil luchar contra su influencia, que Naciones Unidas ha tomado una nueva estrategia. No intentar convencer a la población de que no se fíen de su palabra, sino formar a los curanderos para que recomienden a sus pacientes lo que de verdad sea mejor para ellos. En este sentido, ONUSIDA trabaja, sobre todo desde Sudáfrica, en la mejor manera de "implicar a los curanderos tradicionales en el aumento del acceso a la atención y prevención del SIDA en África oriental". De esta manera, los curanderos no pierden su trabajo, mientras que la labor de las agencias internacionales de salud queda reforzado y puede continuar una vez que ellas se marchan del terreno.
Sin duda, es un trabajo difícil y llevará su tiempo acercar posturas con los curanderos, pero es probablemente una de las mejores soluciones al problema de las enfermedades mal tratadas y al abuso de remedios inútiles, cuando no peligrosos, por parte de la población.