Con el cambio de estación, los labios agrietados aparecen en escena. El agrietamiento por un clima frío es causado por condiciones ambientales que llevan a la deshidratación de los labios. Cuando estos están muy secos por la deshidratación, un doloroso agrietamiento y descamación comienzan.
La primera brisa del día debería funcionar como un perfecto recordatorio que el uso razonable y consistente de un bálsamo protector puede proteger a los labios de resecarse, en primer lugar. Estas ceras pueden ayudar a aquellos labios que aún no se han roto.
La protección labial es una parte importante del cuidado de la piel en el otoño. El aire frío, la humedad ambiental reducida y el clima ventoso rápidamente dejan a la mucosa de los labios con profundas rajaduras, por lo que el tratamiento debe ser aplicado por debajo de la superficie. Una vez que los labios están secos y agrietados, emolientes más densos son necesarios para curar y reparar el daño. Los emolientes simples pueden resultar de maravilla para, no solo prevenir, sino también curar los labios. Mientras más humectante se aplique, más rápido será el proceso de curación.
Se debe optar por productos en forma de ungüentos que contengan ingredientes como manteca de cacao, lanolina y vitamina E. Agentes como ceras de abejas o dimeticona, un protector de la piel, también se pueden encontrar en forma de ungüento. Funcionan creando una barrera contra la deshidratación mientras que los ingredientes humectantes trabajan para reparar el agrietamiento.
A pesar de ciertos mitos que circulan, es sabido que ninguno de estos productos causa adicción, ni son peligrosos para la salud.
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