Revista Opinión

CURAS PARA BODAS GAY. Hoy, hace 20 años. 2 de febrero de 2002

Publicado el 02 febrero 2022 por Cronicasbarbaras

Según su propia confesión, José Mantero, párroco gay de Valverde del Camino (Huelva), casa a las personas que se aman no como hombre y mujer, sino como una “pareja de seres humanos”.

Así, su fórmula sirve para santificar parejas de hombres o de mujeres. Al estar ordenado, Mantero administra una autoridad divina y un sacramento, y la validez de sus posibles bodas monosexuales se presta, al menos, a una discusión teológica.

Mientras un número creciente de heterosexuales rechaza el matrimonio, progresa el de homosexuales que quiere legalizar su unión y exigen los oficios de jueces, que dan legalidad, y curas, que aportan santidad.

Durante la II República, una época supuestamente liberal de la historia española, parte de la izquierda y las mujeres más independientes gritaban en las manifestaciones: “Hijos, sí, padres, no”. Deseaban tener alguien a quien dejarle el mensaje genético sin compartirlo con otras personas con las que pelear y divorciarse. Pero ni se les ocurría pensar en bodas homosexuales.

Ahora, a muchos curas que no son José Mantero, y que forman parte de una sociedad de machos célibes y solos que es la Iglesia, las peticiones de matrimonio sacramentado entre gais les parecen más que un pecado, una injusticia.

Es natural: pertenecen a uno de los colectivos más tentados por el mundo homosexual --José Mantero es un átomo en la punta del iceberg--, y todavía no pueden casarse ni con mujeres.


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