El meliloto es una planta herbácea de bonitas flores espigadas que crece en caminos y pastos arcillosos, y se viene utilizando desde hace infinidad de años por la medicina tradicional.
Antes de nada, debemos advertir que el extracto de esta hierba, bien sea tomada en forma de tinturas o en píldoras, es un remedio que puede llegar a ser tóxico y/o contraproducente en según qué casos, así que lo primero que debemos hacer es dejarnos asesorar por nuestro profesional habitual.
Concretamente, la citada planta nos puede echar una mano en los siguientes casos:
Insomnio
Dado que el meliloto contiene una buena fuente de componentes anti-espasmódicos y sedantes, resulta una buena ayuda para casos de ansiedad, estrés e insomnio transitorio, muy especialmente para la falta de sueño en niños y adolescentes.
Mala digestión
El meliloto también se emplea para luchar contra las indigestiones y las flatulencias.
Piernas pesadas
En este caso será el extracto de la planta o bien su variedad de “polvo total criomolido” los que nos van a beneficiar contra enfermedades vinculadas a la escasez veno-linfática, tales como los trastornos de piernas pesadas y edemas.
Problemas de menstruación
En el momento que notemos que la regla se acompaña de síntomas típicos como el dolor de cabeza, prepararemos una tisana de meliloto que no vamos a ingerir, sino que aplicaremos directamente sobre la frente, para calmar el dolor.
Ojos irritados
También tomado en forma de infusión, el meliloto combinado con la eufrasia nos sirve a modo de colirio para el escozor e irritación de ojos. Aplicaremos en frío después de colar el contenido.
Contusiones
Si te has hecho una herida o te has contusionado levemente alguna parte del cuerpo, mezcla dos cucharadas de la hierba de meliloto con otras dos más de malva (opcional), humedece una gasa y espera a que se enfríe para colocártelo sobre la piel.