Cúrate con las hierbas: el sol de oro
El sol de oro es una planta de bonitas flores amarillas que podemos encontrar en toda la cuenca mediterránea. También conocida como siempreviva amarilla, en el artículo de hoy conoceremos todos los beneficios de esta planta, no muy popular, pero imprescindible en el botiquín de mucha gente a día de hoy.
Para que nos hagamos una idea, la siempre vive reúne propiedades tan interesantes como el poder cicatrización o las acciones depurativas, diuréticas y antihistamínicas.
Principalmente, esta planta se recomienda en casos de alergias varias. Si estás cansado de estornudos, moqueo y picores de ojos derivados de las molestas alergias, hazte con un poco de jarabe de sol de oro (a la venda en herboristerías) y toma una cucharada por vaso de agua una o dos veces al día. Los efectos no se harán esperar.
Otro uso conocido de esta planta consiste en una solución oral para bajar los párpados inflamados y la urticaria, puesto que el sol de oro posee una buena acción antiinflamatoria. Humedece un apósito en infusión y aplica directamente en la zona afectada.
La siempreviva amarilla también supone un remedio infalible para bajar el colesterol, y es que otra de las virtudes de esta planta es la de estimular la acción del hígado, facilitando con ello que la bilis se expulse. Toma la infusión que ya hemos descrito antes y notarás como tu cuerpo mejora la digestión de las grasas.
En casos de varices, las soluciones orales ya descritas servirán para luchar contra la flebitis, en otras palabras, la inflamación de las paredes de las venas.
Un último uso que le podemos dar al sol de oro reside en la batalla contra la vesícula biliar. En este caso nos asesoremos de un médico para tomar, siempre bajo su conocimiento, una infusión de siempreviva amarilla después de las comidas principales.