Revista Coaching

Curiosidad

Por Joseluisp

Curiosidad

¿Sabemos vivir en mundo que está cambiando continuamente?

Los modelos de éxito que proyecta nuestra cultura corresponden a personas que se muestran seguras y confiadas, personas que tienen todas las respuestas, lo que nos lleva a considerar como una señal de vulnerabilidad el reconocer que en ocasiones no las tenemos. Por ello nos sentimos presionados a dar respuestas rápidas, a no hacernos demasiadas preguntas y a no interesarnos en las ideas de aquellas personas que piensan de una forma diferente a la nuestra. Nos aferramos tanto a nuestras opiniones y creencias que las percibimos como verdades absolutas y hacemos que estas pasen a fomar parte de nuestra identidad. Nos identificamos tanto con ellas que nos sentimos atacados ante cualquier idea que lleve a cuestionar estas opiniones y estas creencias.

Y esto nos lleva a refugiamos en una zona de confort. A instalarnos en un espacio en el que para sentirnos a gusto dejamos de escucharnos a nosotros mismos y a los demás, pues todo comentario que cuestione nuestras creencias nos resulta molesto y nos aleja del confort que tanto tememos perder. Adoptamos una estrategia sencilla e inquietante: nos protegemos construyendo un mundo en el que permanecemos ciegos a todo lo que está pasando a nuestro alredor.

Un comportamiento como este nos aisla del cambio, pues sólo podemos asimilar el cambio si estamos dispuestos a revisar nuestras verdades, nuestras creencias y nuestras posiciones. Cuando el cambio se despliega este nos muestra que algunas de ellas han dejado funcionar y de dar soluciones a los desafíos a los que nos enfrentamos, algunas de ellas nunca llegaron a hacerlo.

La mejor herramienta para cuestionar nuestra forma de pensar es la curiosidad. La curiosidad nos abre a la posibilidad de que es posible mejorar nuestra forma de percibir el mundo, y de que las personas que piensan de manera diferente a nosotros tienen claves que nos pueden ayudar a completar esa percepción. Desde la curiosidad nos abrimos a lo que es nuevo, a lo que es diferente y a lo que nos sorprende. Para ello, Margaret Wheatley introduce una distinción muy interesante: la disposición a ser molestados, a estar abiertos a que todas nuestras ideas y creencias sean desafiadas por lo que piensan los demás.

Le propongo un ejercicio: practique la conversación con personas que ven el mundo de forma diferente a la suya. Pero hágalo totalmente abierto a la posibilidad de ser sorprendido o perturbado por lo que pueda oír. Encontrará en la sorpresa y en la perturbación una ayuda para conocerse a usted mismo y para conectar con su forma de pensar.

Piense que todas las ideas que le sorprenden son verdades nuevas para usted, pues la sorpresa consiste en un descubrimiento de algo nuevo que no formaba parte de sus ideas previas. Observe también como todas las ideas que le perturban corresponden a creencias diferentes a las suyas, pues la perturbación es una disonancia entre ambas ideas y una invitación a revisar las suyas.

La conversación desde la curiosidad nos ayuda a pensar conjuntamente con nuestros semejantes. Nuestras reacciones de perturbación y de sorpresa son invitaciones a revisar y a mejorar nuestras ideas y creencias.

Recuerde que vivimos en tiempos complejos, tan complejos que no los puede abarcar la percepción de una sola persona. Para construir soluciones necesitamos integrar las ideas de personas que piensan desde posiciones diferentes. Personas que declaran desconocer las respuestas pero que tienen la curiosidad de viajar fuera de su zona de confort hacia una zona de turbulencias, de perturbaciones y de sorpresas. En esta zona es donde residen las nuevas respuestas. Fascinante.

NOTAS

La disposición a ser molestado “willing to be disturbed” es una distinción que he tomado de Margaret Wheatley. La encontré en su obra “Turning to One Another”. Está publicada en ingles por Berret-Kohler


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista