Primero, una curiosidad acerca de este ciudad, o mejor dicho, acerca de su nombre. En francés jabón se escribe savon, palabra muy parecida a Savona. Y es curioso saber que a la ciudad se le atribuye en el honor de haber inventado el jabón sólido, para beneficio de la humanidad.
Anécdotas aparte, la ciudad de Savona se encuentra en la provincia del mismo nombre a menos de 50 kilómetros de Génova, y en la costa noroeste de Italia. A la zona costera donde se encuentra la ciudad se la denomina Riviera delle Palme, un lugar muy turístico. La población actual supera los 60.000 habitantes sin contar las municipalidades o pueblos de alrededor que pertenecen a su área metropolitana.
Por la ciudad pasa el río Letimbro y dos autopistas que facilitan la comunicación con el resto de Italia y la vecina Francia. Posee uno de los más importantes puertos de la región, solo detrás del de Génova y La Spezia. En el enclave marítimo recalan numerosos cruceros, lo que convierten a la ciudad en un punto de conexión marítima con el resto del Mediterráneo y otras ciudades del mundo. Su red ferroviaria es moderna y se comunica con a oeste con la zona norte de Italia y, al sur, con Francia.
A todos los equipamientos turísticos hay que añadir la calidad de sus playas que han obtenido la Bandera Azul durante los años 2002 y 2007 y ha supuesto un gran reclamo para el turismo de playa y so.
En cuanto a la historia de Savona, esta hunde sus raíces en épocas anteriores a Roma, incluso a Cartago, siendo el pueblo de los Ligures Sabacios, en la época del neolítico europeo, quienes dominaban la zona junto al sudeste francés. Ya superada la protohistoria, llegaron los celtas y más adelante los Cartagineses, que se alió con Savona. El pueblo de los Latinos, uno de los que fundarían Roma junto a los Estruscos, acabó dominando la zona que finalmente fue anexionada a la Roma Republicana en el 180 a.C. dándole el nombre a la ciudad de Savo Oppidum Alpinun.
Con la llegada de los pueblos bárbaros, la zona quedó dominada, en principio por los Lombardos, para luego ser anexionada por los Francos ya bajo el dominio de Carlomagno, en el silo VIII y XIX. Sarracenos, siglos después se hicieron con la ciudad, que finalmente quedó libre para el siglo XII y se alió con la República de Génova. Durante este periodo, su puerto compitió con el de Génova convirtiéndose en uno de los más importantes del mediterráneo occidental. En el Renacimiento, su nombre se popularizó por ser cuna de varios Papas, uno de ellos, Julio II, fue mecenas de Miguel Angel y Rafael. La ciudad, durante la época napoleónica paso a manos de Francia hasta la caída de Napoleón que volvió a la República de Génova, para luego ser integrada en Italia, tras la unificación del país por Garibaldi.
Como Savona es una ciudad antigua aunque revitalizada en los últimos años, pues posee, diferentes formas de disfrutarla. Se puede elegir el descanso en un hotel en alguna de las playas famosas por su calidad; también podemos hacer una ruta más cultural, visitando los monumentos y sitios arqueológicos de Savona, o combinar ambas opciones.
En cuanto a los monumentos, hay que destacar uno, que es el símbolo oficial de la ciudad: la Torretta en la Plaza de León Pancaldo, junto al puerto, que se construyó en el siglo XIV para luego, un siglo después, darle el nombre de este importantísimo navegante de la ciudad que viajó junto a Magallanes en la aventura de circunnavegar la tierra. Otra obra arquitectónica que no hay que perderse es la Capilla de Sixtina de Savona, al día de hoy en su mayor esplendor, y después de la de Roma, es la única construcción religiosa de este tipo. Otra catedral como la dell’Assunta y otros santuarios e iglesias, hace de Savona una ciudad muy interesante para el turismo religioso. Tampoco hemos de perdernos distintas torres antiguas repartidas por la ciudad.
Junto al mar existe una fortaleza construida en los tiempos de esplendor de la República de Genova, hacia 1542, y que se denomina el Priamar o Piedra en torno al mar. Es una fortaleza imponente de grandes y altos muros, que desde cierta perspectiva se parece a la muralla que se ve en Pamplona cuando entramos en la ciudad. Además, se pueden visitar las tripas de la muralla e imaginarse como se organizaban las tropas defensivas en el interior.
Y de lo antiguo, se puede pasar a lo moderno y visitar el barrio más vanguardista de la ciudad en torno al puerto. Los edificios, muy acristalados y metálicos le dan un pequeño toque futurista y sobre todo, contrastan enormemente con el resto de la ciudad.
En cuanto a la gastronomía, estamos en Italia, por lo que la oferta es rica, variada y de calidad. En concreto la cocina de Savona es una mezcla de pescado y productos de la tierra como carne, verduras y hortalizas, además del omnipresente aceite de oliva. Por probar, podemos degustar el Salami o salchichón de pescado, la botarga o morcilla y la mojama de atún. También poseen varios tipos de queso y sobre todo una importante bodega de vinos con varias denominaciones de origen propias de la zona. Una importante oferta de comida mediterránea y europea.
Y decíamos al principio del artículo las buenas conexiones en torno al transporte de la ciudad, por lo que, llegados al Aeropuerto Internacional de Génova, llegar a Savona es sencillo y rápida, vía tren, coche o autobús. No olvidar la afluencia de cruceros que recalan en la ciudad, por lo que también se puede llegar a la ciudad de una forma más romántica.