Soy segoviano. Podría haber nacido en otro lugar, pero no, lo hice aquí. Dijo el gran Miguel de Unamuno, que era de Bilbao, que él era dos veces español, una por vasco y otra por español, pues bien, sin querer ni poder llegar a la altura de los talones al bueno de don Miguel, diré yo que yo lo soy tres, una por segoviano, otra por castellano y otra por español… y aun añadiría que otra más por ser de La Granja, pero bueno eso ya es rizar el rizo. Me he servido de esta hipérbole de chulería, para introduciros en la primera de las curiosidades de hoy: Una gloriosa y desconocida gesta de nuestros antepasados. La conquista de Madrid por la milicia de Segovia, en cuanto lo leáis comprenderéis todo. Vamos al tajo.En uno de los miles de estereotipos que surcan nuestra vieja piel de toro, se dice que los madrileños son unos chulos… Nosotros aquí en Segovia, que somos más chulos que un cortapichas, decimos con sencillez, que Madrid es el pueblo más grande de la provincia, ¿Quién es más chulo entonces? Perdámonos en las nieblas del tiempo… Alfonso VI, “el bravo” rey a la sazón de Castilla, de León y de Galicia, ordenó a sus fieles batir una pequeña pero aguerrida ciudad musulmana, Madinat Mayrit. Ante sus sólidas murallas formaban ya todas las huestes del rey, todas las órdenes militares y todas las milicias concejiles de los sus reinos, estaban los víveres, las tiendas, los carros, los cientos de hogueras, todo parecía marchar según Alfonso VI (por cierto el rey del Cid) había dispuesto… sin embargo él no parecía satisfecho y una fuerte voz se elevó por cima de todos los campamentos y hasta los moros de dentro la escucharon ¡¡¿Pero dónde coj…. s están los de Segoviaaaaa?!!Entre los “¡espera que m’ avío!” y “¡calla coño que ya voy!” los nuestros, llegaban tarde. Comandados por los capitanes Fernán García de la Torre y Día Sanz de Quesada, los segovianos llegaron al fin, reventáos, “ajigolaos” (como decimos aquí), pero llegaron. Se presentaron sus capitanes ante el rey, y debieron preguntar que “do se aposentaban” Alfonso VI visiblemente contrariado por su tardanza les mostró los campamentos en derredor todos llenitos de gentes de guerra, hasta más allá del Manzanares, y les debió de decir algo parecido a esto:-¡Ahora les van a dar por c..o a guesas mercedes! Y si quieren aposento, tómenlo en Madrid.Los dos capitanes se dieron media vuelta e informaron a los nuestros. Allí nadie se lo pensó dos veces. A los gritos de ¡¡¡Cómo que en Madrí!!! ¡¡Redios!! ¡¡Me cagüencinmilputas!! Y ¡¡¡Cacho güebrón pa na!!! Asaltaron llenos de ira los muros moros y al amanecer… la ciudad era nuestra.Con un par enviaron emisarios al rey, diciendo que ya habían tomado el aposento que su majestad les había ofrecido y que si quería, que viniera, pues había sitio sobrado para él.Esta es la historia obviamente caricaturizada, de la conquista de Madrid por aquellos bravos y esforzados segovianos en cuya memoria traigo aquí este pasaje de la historia.…Quizá de aquello les venga la chulería nuestros vecinos de Madrid… es broma. Lo que parece ser que sí es real y que les viene de aquella gesta es el apelativo de “gatos” que se les da a los madrileños, pues de tal modo treparon los muros los conquistadores que diríase que lo hacían como gatos.
El nombre de Segovia.No me atrevería a decir que es la única, pero Segovia es de las poquitas, capitales de provincia que ha tenido el mismo nombre siempre, a lo largo de miles de años. Aquí tenéis la prueba.
Pero lo mejor es que lo veáis en persona. El original de esta moneda está en el museo arqueológico de Madrid cuya vista recomiendo vivamente
“Las catedrales de Segovia”En las páginas 14 y 15 de mi libro hay un rudimentario plano de cómo pudo ser la Segovia medieval. Si os fijáis bien, en la página 14 frente al alcázar, hay una tosca catedral románica… Esto de “los dos poderes” juntos, el civil o militar y el eclesiástico, no es algo único de Segovia, se daba con mucha frecuencia en la edad media en buena parte de los burgos cristianos y de las medinas árabes. Hoy, cuando se entra por el patio para visitar el alcázar y se contempla la enorme mole de la torre de Juan II enfrente, es difícil imaginar que el lugar que hoy ocupan los jardines y la estatua de Daoiz y Velarde (con sus preciosos faroles de dragones) estuvo ocupado por una catedral y sin embargo así fue. De hecho, es probable que esa enorme torre fuese construida para compensar y sobrepasar los muros y campanarios de la catedral para en caso de asedio y de que la catedral fuese tomada por el enemigo, seguir contando el alcázar con una ventaja en un posible combate… no se equivocaron.En la guerra de las Comunidades, que se libró en Castilla contra el emperador Carlos I, los imperiales se atrincheraron en la catedral y los comuneros en el alcázar. Ambos edificios resultaron muy dañados, era 1521 y los cañones y mosquetes eran ya algo habitual en los ejércitos. Tras la derrota de los comuneros, la corona decidió demoler lo que quedaba de la catedral en vez de reconstruirla y alejarla del alcázar… por si acaso.La nueva catedral se plantó en un lugar donde la iglesia tenía muchos terrenos, la antigua judería. Apenas 30 años antes se había empobrecido la nación con la expulsión de los judíos cuyas casas habían ido a parar en gran parte a la iglesia. Por fortuna la nueva catedral era más pequeña que la gran aljama segoviana y aún hoy podemos pasear por sus callejas, disfrutar, deleitarnos y soñar con cómo pudo ser este barrio judío.Durante 15 días y 15 noches, nuestros antepasados tiraron de azada para cavar los cimientos de la catedral y luego continuaron entusiastas, como en plena edad media, ayudando con su esfuerzo a la construcción de la que se dice última construida en estilo gótico, en pleno renacimiento.Un “obrón” técnicamente impresionante para la época, fue el transporte piedra a piedra del claustro completo desde la catedral vieja. Mencionar aquí también dos curiosidades: una, que la catedral contó con su propio mirador que daba a la plaza para el seguimiento de espectáculos como corridas de toros y autos de fe, y otro, que hasta 1614 su torre era la más alta de las Españas, superando los 100 metros. Fue parcialmente derruida por un rayo. Hoy tiene 88 y la superan las de Sevilla Murcia y Toledo.
Primer “cómic” en que aparece el acueducto En sus cantigas a Santa María, Alfonso X “el sabio” narra el milagro que aconteció a la judía Esther (como la que aparece en mi novela) en merced al cual, una judía que “simpatizaba” por el cristianismo, fue castigada por los hebreos y como no podían probarlo, la acusaron de engañar a su esposo. Su castigo, ser despeñada. Este castigo es muy normal en la edad media en los sitios que como Segovia, cuentan con precipicios. Incluso este castigo está muy bien regulado y descrito en el famoso Fuero de Sepúlveda. Prometo hacer una entrada otro día de las cosas curiosas de este Fuero, ahora sigo con lo otro.La judía Esther fue despeñada en el paraje rocoso que llamamos La Fuencisla, ella se encomendó a Santa María y mientras caía, una paloma frenó su caída y la ayudó a posarse tranquilamente en el suelo. A partir de ese día abrazó el cristianismo pasando a llamarse María del Salto. Aquí os dejo una ilustración que viene en las cantigas de Santa María en la que se ven a los judíos scando de la ciudad a la pobre Esther y al fondo se ve el acueducto:
Y esta otra que también relata una historia muy parecida de un niño que jugando se cae y la virgen le salva. Como podéis contemplar, sobran las palabras.
Bueno pues dentro de poco caerán (como el niño este de arriba) más entradas, otra de cosas curiosas de Segovia, la prometida sobre el Fuero de Sepúlveda, desde luego otra que me ha pedido Donceldedrada y que en su día será revelada... y otras más que iré preparando, hasta entonces... sed buen@s