El Arte de la Guerra es un majestuoso libro escrito por Sun Tzu entre los años 400 a.C y 320 a.C., como resultado de su experiencia militar, luego de que el rey Helu solicitó sus servicios como general en el año 512 a.C. Es uno de los libros de estrategia militar más conocido en todos los tiempos y establece la línea estratégica para conseguir la victoria y evitar la derrota.
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Hoy en Fisgoneando conocerás algunos datos curiosos que debes saber de la presente obra.
La guerra debe ser el último recurso del estadista: la guerra se puede ganar al imposibilitar al enemigo de conseguir victoria alguna, es decir, atacar su estrategia, y éste logro se puede conseguir sin necesidad de entrar en batalla.
El objetivo político supremo es la supervivencia: la destrucción del enemigo no es el principal objetivo de la guerra, sino el cumplimiento de la voluntad política.
La unidad nacional es un requisito para ganar la guerra: “A causa de la disposición, un general victorioso es capaz de hacer que su pueblo luche con el efecto del agua retenida en lo alto, que súbitamente liberada, se precipita a los abismos insondables”. En éste sentido, un general debe tener la capacidad de unir a su pueblo, el gobierno debía beneficiarlo, y éste beneficio ser retribuido con fidelidad.
La guerra sólo puede ser arte cuando el objetivo militar se subordina al objetivo político: sin embargo, el objetivo político debe ser descartado cuando la situación estratégica no permita su logro, o si se encuentra amenazada la existencia de la comunidad.
La victoria es del bando que consigue su objetivo político al menor costo posible: el riesgo de destrucción plena de la comunidad que desea combatir, no es sinónimo de victoria, no se puede poner en juego más de la retribución que se pretende recibir.
La guerra puede ser analizada e instrumentalizada: por ello Sun Tzu percibe la guerra en función de cinco factores esenciales:
La posibilidad de estudiar la influencia moral, relacionando la decisión del gobierno con la opinión de las masas.
El tiempo entendido desde las condiciones meteorológicas
El terreno, con el objetivo de conocer las dificultades o facilidades para identificar las necesidades que pueden presentarse al llevar a cabo la acción.
El mando, acentuándolo desde las características de los responsables políticos y la intromisión de la acción política en lo militar y viceversa
La doctrina: determina la organización, el control, la asignación de grados justos a los Oficiales, regula el abastecimiento, determina la ruta y suministro de los principales artículos que utiliza la Fuerza Armada.
El propósito de Sun Tzu era guiar a los gobernantes y jefes militares en el planteamiento inteligente de una guerra victoriosa, a fin de que ellos tuviesen las herramientas necesarias y de análisis para saber si era adecuada la guerra o no.
El sentido de la obra radica en la siguiente fórmula “conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo: podrás librar cien batallas sin desastre”: se debe tener la habilidad de conocer y manejar los elementos de la guerra, para que el adversario no pueda descubrir la táctica y estrategia que se pretende implementar, y consecutivamente debilitar al enemigo sin necesidad de entrar en combate.
El Arte de la Guerra implica conocernos a nosotros mismos y posteriormente conocer a nuestro adversario, es ese reconocimiento mutuo el que nos guiará en la correcta implementación de estrategias para ganar una batalla sin necesidad de un enfrentamiento, por ello dicho tratado ha trascendido en la historia y servido para analizar todo tipo de estrategias, desde marketing hasta psicología y conducta.
…Cuando los suyos sean diez contra un enemigo, rodéalo. Cuando tengas cinco veces sus fuerzas, atácalo. Si doblas sus fuerzas, divídelo. Si las fuerzas son parejas, puedes presentarle batalla. Si eres numéricamente inferior, sé capaz de retirarte” Sun Tzu.