Cuando una cree que lo ha visto todo es cuando empieza a asombrarse. Coral Charles-Dunne de más de 90 años dedica su tiempo libre a tejer senos de punto. Si, habéis leído bien.
Esta anciana coqueta, digna de admirar, realiza esta relajante actividad con el objetivo de ayudar a las futuras madres a promocionar la lactancia materna. Tierno, muy tierno.
Alrededor de dos horas tarda en realizar estas “cositas” de diferentes tamaños. Con su mirada amable y esos dedos que el tiempo ha inclinado como ramas de árbol sabio, esté oficio es su labor cotidiana. Esta mujer, virtuosa de las agujas de tejer, comenzó a hacer punto a la tierna de edad de 8 años. Ha tejido todo tipo de prendas para amigos, organizaciones caritativas, refugiados y huérfanos de Rumania. Le encanta tejer aunque reconoce que estos senos docentes son lo más inusual que ha realizado. Asombroso.
Su particular labor de tetas lanudas, como les llaman, empezó a raíz de colaborar con un grupo de voluntarios que se reunían en la parroquia para ayudar a las madres con la lactancia. Una amiga buscaba a alguien que le tejiera unos senos para las prácticas y aunque al principio le pareciera un poco extraño, se dio cuenta de que las madres jóvenes no sabían amamantar. Decidió colaborar y desde entonces mantiene esta particular afición que la he hecho famosa más allá de su ciudad, Birmingham.
Contemplar esta instantánea tan extraña y emotiva y es que los seres humanos no dejamos de asombrarnos unos a otros.
Seguro que los pequeños jugaran a la pelota con ellos después de lactar y, quizás cuando sean adultos recuerden con una sonrisa esos “artilugios” propios de Edipo.