Foto tomada por Curiosity ayer mismo
Hay cosas que escapan a los poderosos, se les escurren entre los dedos como fina arena imposible de atrapar, simplemente no pueden. Si echamos la vista atrás, la influencia y la tiranía de unos pocos siempre ha estado limitada en el tiempo, pueden cambiar los amos pero nunca perdurar, no lo suficiente.
Todos sabéis del cierre de los edificios federales en Estados Unidos, una falta en el acuerdo de los presupuestos ha mandado a casa a todos los empleados gubernamentales no imprescindibles para el congreso, por supuesto los primeros en desfilar han sido los hombres y mujeres dedicados a la ciencia y a la investigación, y entre ellos la mayoría de empleados civiles de la NASA. Sabemos perfectamente lo que es superfluo a esta sociedad y a sus gobernantes, lo sabemos desde hace tiempo, lo vemos todos los días, algunos ya lo sufrimos personalmente. La ciencia sobra y los que forman parte de ella también. Cada vez que esta frase se ha pronunciado en nuestra corta historia como civilización ha sido seguida por un periodo muy triste para nuestra raza. La historia, con el tiempo, se encarga de subrayarlos para vergüenza y escarnio de los que los protagonizan, y estamos en uno de ellos.
Pero siempre hay excepciones, siempre existe algo que escapa a los más férreos controles, algo siempre sobrevive. La dictadura con nombre de democracia en la que vivimos actualmente puede controlar muchos aspectos de nuestra existencia, la sinrazón que nos gobierna premia a las mentes vacías que siguen dictados sin preguntarse el porqué, y castiga a los que miran hacia arriba intentando conocer.
En medio de la paralización de una de las grandes potencias mundiales ( y digo una porque dejo de ser la única hace ya mucho tiempo) un lejano emisario de la humanidad (leáse raza humana) sigue recorriendo la distancia que le separa de su objetivo final, aquel para el cual fue diseñado, el Monte Aeolis. Le ha dado igual la imbecilidad del gobierno que la construyó, le ha importado poco la necedad de aquellos que aprobaron el presupuesto para su construcción. Dicen que es irracional pero tiene bastante más claro que sus dueños racionales cuáles son sus objetivos… y los va a cumplir.
Siento orgullo al escribir que el rover Curiosity ha seguido todos estos días de “apagón” investigando el terreno del cráter Gale y avanzando hacia las faldas del Monte Aeolis, donde espera un libro abierto en forma de estratos y sedimentos a partir del cual leeremos gran parte de la historia geológica del planeta Marte.
Además de esta gran noticia, la sonda MAVEN prevista para ser lanzada hacia el planeta rojo en Noviembre de este año, no ha sufrido ningún cambio en su hoja de ruta. Será lanzada en la ventana correspondiente al año 2013, con destino a la órbita de Marte para estudiar en profundidad su tenue atmósfera y desvelarnos el porque gran parte de ella se perdió en el espacio.
El resto de sondas de la NASA siguen con sus cometidos, el apagón de la inteligencia humana no ha podido con los emisores que tanto esfuerzo ha costado construir. Quizás pensaréis que no es para tanto un simple cese de actividades en un solo gobierno y por solo unos cuántos días… en España llevamos años así. Los recortes en sanidad, educación e investigación son continuos y no cesan. Nuestras infraestructuras se han desangrado totalmente y no tiene pinta de que nadie vaya a socorrerlas, al menos en unos años.
Nuestros hijos nos van a preguntar en que mierda estábamos pensando cuando permitimos que la corrupción y el mangoneo les privó de un futuro que por derecho era suyo. Les pertenecía y no hicimos nada por preservarlo.La historia no nos va a dejar en muy buen lugar ya os lo adelanto.
Aquí seguiremos hablando de cada metro explorado en Marte, de cada lago encontrado en Titán, de cada fractura en el hielo de Europa, de cada exoplaneta descubierto a miles de años luz, de cada avance en astrobiología y cosmología. Si algo de esto queda en un futuro al menos verán que algunos éramos curiosos, nos preguntábamos acerca del Universo del que procedemos y que no solo nos preocupaba el pisar la cabeza de nuestro vecino. Verán que éramos científicos y que los que intentaban silenciarnos eran pocos y cobardes.
Aquí la ciencia sigue…