Hace unos días llevamos a Borja al veterinario para una revisión. Perdón; no os hemos presentado a Borja Mari... Es el gatito de la madre de una de nosotras. En Navidad falleció su anterior mascota, Pepe, tras una larga enfermedad (que dirían en los informativos) y, después de guardar unos meses de luto al querido minino, vino a casa un jovenzuelo anaranjado que conquistó a su nueva dueña devolviéndole la alegría tras la marcha de Pepote...
Pues bien, en el suelo, y junto a la puerta de la clínica veterinaria, encontramos un pequeño tesoro, un cestito macetero algo desvencijado que nos llamó la atención. Y para casa se vino tras la revisión de Borja.
En un comercio asiático de grandes dimensiones, encontramos esta pintura en spray de efecto tiza (aunque no al agua, lo que descubrimos a posteriori...) y quisimos estrenarla con nuestro hallazgo.
Dado que teníamos que limpiar los excesos con diluyente, optamos por usar una caja vieja para proceder a pintar.
Si observáis, le falta una de las barritas superiores, pero no afeaba el aspecto de nuestro cesto, y así lo dejamos.
Una alcayata en la pared y unas flores "siemprevivas" y ya decora la terraza de una de nosotras.
Con este mini-diy volvemos a retomar nuestros trabajitos caseros, que por falta de tiempo teníamos un poco olvidades. ¡Esperamos que os guste!