Revista Medio Ambiente
Cuando nos encontramos con un hecho noticiable, lo primero que deberíamos de hacer sería buscar la explicación más plausible al mismo, que en ocasiones podría ser tan obvia que no necesitaría una búsqueda posterior. En el caso de que esa explicación no fuera la correcta, sería el momento de buscar otras explicaciones, empezando primero por las más probables y una vez descartadas ya nos podríamos plantear otras explicaciones más insólitas o incluso admitir que no tenemos pruebas suficientes para demostrar por qué se ha producido el suceso que investigamos.
Supongamos que caminamos por una calle desierta y nos encontramos con un coche aparcado, aplastado por un árbol que aún permanece sobre la carrocería. No hay testigos que hayan visto lo que ha sucedido, nadie ha escuchado un solo ruido, pero al aproximarnos vemos que el árbol está hueco y podrido en su base y recordamos que unas horas antes se desató un intenso temporal, que según los datos meteorológicos estuvo asociado a fuertes rachas de viento de más 100 km/hora.
No harían falta demasiadas elucubraciones para deducir que el fuerte viento, unido al mal estado del árbol, provocó su caída, lo que causó los destrozos en un coche que habían aparcado en esa calle la noche anterior. Es cierto que podría haber otras explicaciones, como que alguien hubiera aprovechado ese suceso para vengarse del pesado de su cuñado, que se pasó la cena de nochevieja comentando lo fabuloso que era su coche nuevo en comparación con las tartanas que tenía el resto de su familia política. Que mejor venganza que levantar con una grúa el árbol caído para introducir posteriormente bajo su tronco el oscuro objeto de deseo del plasta de tu cuñado. Ciertamente se trataría de una explicación mucho más sofisticada y elaborada que la primera, pero no sería demasiado creíble.
El pasado 7 de julio, el diario La Voz de Galicia publicó una noticia en la que informaba de la aparición de 5 cormoranes muertos en O Grove, concretamente en la playa de Raeiros, destacando que la Xunta de Galicia investigaría si la muerte se había producido por “la gripe aviaria”.
Al leer el artículo en el que se relatan los hechos, el periodista encargado de cubrir la noticia relata que “un particular” se encontró con el macabro hallazgo de 5 cormoranes muertos y “tirados sobre la arena”, para posteriormente afirmar que fue un vecino el que los encontró (supongo que el mismo particular), aunque no estaban sobre la arena sino “desperdigados a lo largo de la orilla” y que posteriormente “tras subirlos a la arena, dio aviso a los servicios de emergencias que procedieron a retirarlos de inmediato”. Tengo que admitir que tras leer varias veces estos dos primeros párrafos y tras ver la fotografía de los 5 cuerpos amontonados, aún no he sido capaz de entender la sucesión de los acontecimientos y si el vecino encontró a las aves en el agua, las encontró en la arena desperdigadas, las desperdigó para luego amontonarlas o si quizás “el vecino” y “el particular” fueran dos personas distintas igual de preocupadas por el suceso.
Independientemente de cómo se hubieran encontrado los cuerpos de los 5 cormoranes moñudos, en el artículo y en el titular se destaca que los animales podrían haber muerto por "gripe aviaria" y que la Xunta de Galicia se encargará de investigar si esa ha sido la causa del fallecimiento. Sin duda se trata de un titular lo suficientemente impactante para llamar la atención del lector y además de encender las alarmas veraniegas, que a falta de medusas, tiburones asesinos y motos acuáticas manejadas por Satán, estaban apagadas desde el inicio de la temporada estival.
Antes de nada hay que destacar que tanto en esa zona, como el resto de Galicia, como en toda la demarcación noratlántica, no hay ni un solo registro de muerte de cormoranes moñudos por gripe aviar, por lo que la muerte por esa causa, en principio, parece tan extraña como el aplastamiento del coche por el cuñado furibundo.
¿Cual podría ser la causa más probable de la muerte de los 5 cormoranes moñudos?
Lo primero que nos debería haber llamado la atención es que se trata de caso de mortalidad puntual, en el que 5 cormoranes moñudos murieron al mismo tiempo y en una zona concreta. En el caso de una infección, lo más normal es que hubieran aparecido más aves y no todas en el mismo punto y que no se hubieran muerto todas en el mismo momento. Tampoco sería extraño que hubieran aparecido otras especies afectadas, pero no se encontraron gaviotas muertas o infectadas ni ninguna otra especie de ave marina de las que abundan en la zona.
Para intentar averiguar las causas de la muerte de esas 5 aves, podría haber sido de gran ayuda consultar nos numerosos artículos publicados y los informes técnicos de los que dispone la administración, ya que muchos de ellos han sido financiados por ella. Además, gran parte de esos datos están libremente accesibles para que cualquiera los pueda consultar.
Si nos fijamos en la gráfica anterior, en la que se muestra el porcentaje de cormoranes moñudos muertos en Galicia de los que se conoce la causa de la muerte, observamos que hay tres causas de mortalidad confirmada: aves petroleadas por el vertido del Prestige, aves depredadas por el visón americano, y aves muertas en aparejos de pesca, mayoritariamente trasmallos.
¿Podría tratarse de un episodio de mortalidad por petróleo o sus derivados? No. Toda la mortalidad registrada por esta causa tuvo lugar entre noviembre de 2002 y febrero de 2003, cuando se recogieron 242 cadáveres de esta especie. Todas las aves presentaban sígnos de impregnación por fuel y desde 2003 no se encontró ningún cormorán muerto por esta causa. En el caso de los 5 cormoranes de la playa de Raeiros, ninguno de ellos presentaba signos de impregnación, por lo que no parece demasiado probable que hubieran muerto petroleados. En el caso de mortalidad por un vertido deberían haber aparecido aves de otras especies muertas o manchadas, lo que no ha ocurrido.
¿Podría tratarse de aves depredadas por visones americanos? No, ya que deberían presentar signos de depredación como mordiscos o desgarros. Aparte de eso, todas las muertes se registraron en las colonias de cría, cuando las aves eran más accesibles para los depredadores. Además, desde 2012 no se tienen registros de muertes por esta causa, sobre todo después de las campañas de erradicación de visones americanos llevadas a cabo en las colonias de Cíes y en Ons.
Una vez descartada la impregnación por petroleo y la depredación de los visones americanos, la captura accidental en un aparejo de pesca parece ser la causa más probable de la muerte de los cormoranes que aparecieron en la playa de Raeiros. Y no solo por descarte, sino porque en los últimos años ya se han registrado varios episodios similares en la zona y porque tal como confirma el plan de conservación de la especie, la captura accidental en aparejos de pesca es la causa de mortalidad más frecuente y persistente en el tiempo y afecta de manera muy acusada al PN de Islas Atlánticas, donde la presión de la pesca con trasmallos y miños es muy intensa (Velando & Munilla, 2008). Por otra parte, esa zona concreta, junto a la costa occidental de Asturias, es el lugar de toda la demarcación noratlántica donde se han encontrado más cormoranes moñudos muertos por enmalle (Álvarez, 2015).
Zona de calado de artes de enmalle (izquierda) y mapa de riesgo de mortalidad por enmalle (derecha)para el cormorán moñudo en el entorno de las de Ons y las Rías de Pontevedra y Arousa (Velando & Munilla, 2008)
Si nos fijamos en la figura anterior, la zona en la que aparecieron los 5 animales muertos es una zona de largado de aparejos y asimismo está muy próxima a la zona de mayor riesgo de mortalidad por enmalle.
A la vista de estos datos, no parecen quedar muchas dudas acerca de lo que de les ha sucedido a los cinco cormoranes moñudos, lo que también parece quedar claro al observar el aspecto de los animales en la fotografía que acompaña al artículo, ya que su plumaje se encuentra revuelto y desordenado en la parte del cuello y del pecho, lo que podría indicar que una vez recogido el trasmallo y encontradas las aves, fueron desenmalladas y arrojadas por la borda, lo que explicaría la aparición simultanea de los cadáveres en el mismo sitio. Hay que destacar que en esta zona, los cormoranes moñudos suelen pescar en grupos, por lo que no sería extraño que todos hubieran muerto a la vez en una de estas acciones de pesca.
Tres días después de la publicación de la primera notica, La Voz de Galicia confirmaba que los análisis efectuados por la Xunta de Galicia descartaban la muerte por gripe aviar y por cualquier otra causa infecciosa. Aún así, en el mismo artículo se indica que se están buscando otras causas y que "la opción más probable es que hayan sido víctimas de un episodio contaminante".
Como ya he explicado anteriormente, la opción del episodio contaminante no parece que sea, ni de lejos, la opción más probable, en primer lugar porque las aves no mostraban ningún signo de impregnación y en segundo lugar, porque si ese hubiera sido el caso, lo lógico sería que hubieran aparecido otras aves muertas o afectadas y de otras especies, algo que no ha ocurrido.
Como en el caso del árbol que aplastó el coche, en este caso, tanto el periodico como la Administración están empeñados en buscar al cuñado vengativo en vez de aceptar la causa más obvia y evidente. ¿Qué ocurrirá cuando al igual que sucedió al descartar la gripe aviar se descarte el episodio contaminante? ¿Tratarán de buscar otra causa cada vez más peregrina? ¿Quizás una pelea entre bandas juveniles de cormoranes que acabó en tragedia? ¿Podría tratarse de una abducción extraterrestre?
Lo cierto es que ya han pasado 10 días desde la última noticia y como ocurre con cientos de casos ya no se ha vuelto a hablar del tema. Podría ser que una vez descartada la amenaza de la gripe aviar la noticia ya no sea lo suficientemente morbosa para interesarle al periódico. Al fin y al cabo, ¿a qué editor de periódico le interesan 5 pájaros muertos si no van a ser capaces de desatar una apocalipsis zombi que acojone al personal y aumente las ventas de su periódico?
O quizás sea la Adminstración la que no esté interesada en enfrentarse a un problema de conservación de una especie amenazada y catalogada, en el entorno de un Parque Nacional, cuya solución pasaría necesariamente por enfrentarse al sector pesquero.
Blanco y en botella suele ser leche, aunque muchas veces interese que no lo sea.
Referencias- Álvarez D (2015) Análisis de la mortalidad de las poblaciones de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) en artes de pesca en la Demarcación Marina Noratlántica. Aplicación 23.06.456D.640. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA).- Velando A & Munilla I (2008) Plan de Conservación del Cormorán moñudo en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Universidade de Vigo.