Los que seguís las entregas de este curso de ética periodística ya sabéis que uno de los ingredientes esenciales para que una noticia llame la atención de los lectores es poner un titular impactante. Para conseguirlo, lo más socorrido es buscar el morbo, usar cifras engañosas, o entrecomillar frases literales que contengan esos ingredientes.
Hoy me he encontrado con una noticia cuyo titular reúne todas esas características pero que además introduce una novedad: apelar a la masculinidad para llamar la atención.
Cualquier lector del sexo masculino sabe bien que si en una noticia, o en una conversación intrascendente, aparece la palabra testículos, o cualquiera de sus múltiples sinónimos (cojones, huevos, criadillas, bolas, pelotas, partes, y un largo etcétera), en un contexto que nos haga intuir dolor o malestar, las primeras reacciones son echarse las manos a la entrepierna, encoger los hombros, arrugar la frente y cerrar los ojos mientras estiramos la comisura de la boca hacia atrás. Todo esto acompañado de una inspiración profunda que suele ir acompañada de un sonido que podríamos transcribir como "ifffffffffff". Seguidamente, expulsamos el aire suavemente aliviados mientras pensamos hacia adentro "bueno, siguen ahí".
El autor del artículo aparecido en La Voz de Galicia en su sección de A Coruña, Toni Silva, del sexo masculino y seguramente experto en estas lides, aprovechó la frase de Mariflor, la esposa de Jesús Carlos, vecino de la parroquia de Verís, para conseguir ese efecto en el lector, que una vez impactado por el titular buscó la noticia rápidamente para recabar más información sobre el macabro suceso.
Por supuesto, el periodista prefirió no citar en el titular a la especie implicada, con lo cual nuestra primera reacción probablemente haya sido la de imaginarnos el esqueleto de un parroquiano de la especie humana, atacado por una horda de desalmados que dejaron sus testículos intactos como muestra de desprecio.
Lo cierto es que si leemos la noticia nos percataremos de que la víctima fue el pobre Chuzas, un can de palleiro que según sus dueños fue devorado por unos lobos salvajes, circunstancia que es aprovechada para solicitar a la Xunta de Galicia batidas de esta especie.
La Voz de Galicia, al igual que los periódicos asturianos, son especialmente proclives a este tipo de reportajes, en las que dan rienda suelta a su odio hacia el lobo, publicando noticias que como en este caso no se encuentran avaladas por ningún tipo de pruebas. En el caso de este artículo testicular, incluso se dice que no se sabe si fueron lobos o perros salvajes, e incluso al final del mismo se citan las opiniones de algunos expertos (de los que no dan sus nombres) que descartan casi con total seguridad que los lobos hayan sido los culpables.
Una vez más, queda confirmado que en una gran mayoría de las noticias que aparecen en la prensa, lo de menos es la noticia en sí, lo que realmente importa es conseguir lectores y subliminalmente, como en este caso, seguir alimentando el caldo de cultivo del odio hacia algunas especies como el lobo.
NOTA: Estimado Jesús Carlos, si tanto apreciabas a tu perro y tanto lloras su pérdida, ¿por que cojones lo tenías preso con una cadena de un par de metros" (el uso de la palabra cojones en este caso queda plenamente justificado como material del curso)