Curso sobre el libro «Camino de Perfección» de Santa Teresa de Jesús, impartido por Fr. Pablo Ferreiro OCD. Miércoles alternos, a partir del miércoles 5 de julio a las 20 h. (Argentina)-
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CAPÍTULOS 19-20-22
«Hoy vivimos en una época que necesita urgentemente de una renovación desde las fuentes escondidas de las almas íntimamente unidas a Dios. Hay mucha gente que tiene puestas sus últimas esperanzas en esas fuentes de la salvación. Esta es una amonestación muy seria: de cada una de nosotras se exige una entrega total al Señor que nos ha llamado, para que pueda ser renovada la faz de la tierra. En total confianza debemos abandonar nuestra alma a las inspiraciones del Espíritu Santo. No es necesario que experimentemos la “epifanía” de nuestra vida, sino que hemos de vivir en la certeza de fe de que, lo que el Espíritu de Dios obra escondidamente en nosotros, produce sus frutos en el reino celestial. Nosotros los veremos en la eternidad». CAPÍTULO 19: ALGUNAS FORMAS DE MUNDANIDAD: 1)Amor al poder y al tener. 2)Vanidad y soberbia 3)Desprecio de los que «no son de los nuestros»: rechazo y desprecio por las otras confesiones cristianas, por los que profesan otra religión ninguna. 4)Superficialidad y fundamentalismo: desconocimiento de la complejidad de diversos temas de la vida y la moral de la Iglesia, pero se toma posturas a partir de una pobre información. 5)Conformismo: se justifica el individualismo y la falta de compromiso serio. Desprecio a los pobres: asumiendo prejuicios y condenas de toda clase. 6)Consumismo. 7)Espiritualidad “a la carta”: una práctica narcisista de la fe y la espiritualidad. Todo juzgado desde el propio subjetivismo. 8)Espiritualidad compartimentada: hace que la fe solo influya en el ámbito de lo privado, pero no en el ámbito profesional o social. 9)Espiritualidad intimista: es una pseudo-espiritualidad, porque se desentiende o se evade de la realidad. 10)Una fe mágica: que se expresa con toda clase de devociones sin verdaderos fundamentos teológicos. Que espera que todo lo solucione Dios. 11)Poner a Dios a nuestro servicio: ser ventajeros. 12)Creer en la fuerza del poder en lugar de la fuerza del amor: con lo que corregimos al mismísimo Jesucristo. 13)Desesperanza: genera poco o ningún compromiso. 14)Apegos a expresiones religiosas del pasado: 15)Tentación de dar marcha atrás: para volver a lo conocido y controlado por nosotros. CAPÍTULO 20 «Todos estamos llamados, pero es pura gracia y, por tanto, distribuida por Cristo en régimen de amor: a unos antes y a otros después. A lo largo de un arco que abarca esta vida y la otra». (Tomás Álvarez). «Teresa quiso que la comunicación en la comunidad mirase al crecimiento de cada miembro. Pues comunicarse es una manera de compartir y por tanto, es poner en común el misterio que es toda persona humana, un misterio envuelto en la misericordia de Dios. Por eso, quiere Teresa que se hable siempre en Dios. No se trata de caer en otro tipo de formalidades, tampoco de mojigatería religiosa. Se trata de un compartir profundo de la propia vida, de la historia personal, de las inquietudes que se tienen, de la obra de salvación que Dios va obrando en cada uno». (Miren lo que ha hecho conmigo. Teresa de Jesús. Una biografía espiritual). CAPÍTULO 22 ¿QUÉ ES ORACIÓN MENTAL? En nuestra época, mejor que hablar de oración mental deberíamos decir «oración personal» o también «oración interior». Toda forma de oración será siempre acoger y cultivar la relación de amor que el Señor ha iniciado y quiere continuar con nosotros. La oración jamás puede ser algo mecanizado, tampoco una costumbre, ni siquiera una rutina que cumplir cada día, pues de esta manera es imposible experimentar la transformación que obra el amor. Los grandes místicos tienen la convicción que el “acostumbrarse” a la rutina de la oración puede hacer perder no solo la oración sino incluso la fe. La oración requiere que sepa quién es el que habla, con quién hablo y cómo hablo; en eso consiste la comunicación. El amor de amistad exige la comunicación atenta y profunda, es la forma de compartir el misterio de cada persona, aquí Jesucristo y el discípulo orante. El secreto del amor está en esa comunicación profunda que es indicio del compromiso mutuo. La comunicación es la esencia del amor y garantía de crecimiento. De esta manera el discípulo orante al evangelizar no reducirá, por ejemplo, el amor a un tema de predicación, sino que comenzará a vivirlo y a extenderlo de la relación con Dios a la relación con el prójimo.