D. Tomás Gómez, secretario del PSOE en Madrid, vecino de Toledo, vivienda unifamiliar, y exultante de alegría por al mutis que Dª Esperanza hizo en la vida pública, dirige un partido con sede en la Plaza de Callao, idea suya, y que le cuesta una millonada a la formación. Como quiera que los diferentes partidos políticos están subvencionados por los impuestos que pagamos todos los ciudadanos, la céntrica ubicación de esta sede, la pagamos, entre otros, querido lector, usted y yo. El Sr. Gómez es un socialista “light” de mano férrea y aspecto burgués, implacable con sus enemigos políticos y generoso con el dinero de los demás, recuerden vds. la broma del Ayuntamiento de Parla, dispuesto a medrar en el partido a la altura del leonés errante, si se le deja y no le pone la zancadilla el cántabro o la catalana, escondida desde que Mas anda vociferando esas cosas de la independencia. No cabe duda de los errores que comete el gobierno, si bien es necesario entender la imperiosa necesidad de los recortes, pero resulta más sorprendente el tipo de oposición de un PSOE desnortado y sin líder, con una guerra en las sombras, vestida de Armani y con sede en Callao. Casi nada.