Dª María Jesús Otero Rebollada

Dª María Jesús Otero Rebollada viajó a todo lo largo y ancho del globo, acompañada por sus seres más próximos, por un importe de doscientos quince mil euros largos, con cargo a determinadas empresas a las que la Consejería de Educación era cliente. Las mismas que adquirieron a la interesada, un inmueble en Llanes por algo así como el doble de su precio de mercado, o sea. La Sra. Otero no es conocida en política mucho más allá de nuestro pequeño reino de taifas, pero hizo carrera en él, con las ayudas que recibió de sus siempre bien agradecidos proveedores. El Sr. Riopedre, más modesto, llevó a cabo un viaje, atribuido a su jubilación, por un importe infinitamente inferior, pero del que un euro se destinó a cierta ONG, de tal guisa que hasta la propia, la caridad, la limosna, o como quiera llamársele, no salió directamente del bolsillo del político, sino de las dádivas que, de un modo u otro, se le hicieron al Consejero.

Son políticos socialistas, y soy conocedor de ello mientras redacto esta entrada; no queda otro remedio porque el agit-prop de la oposición culpa a a los populares de toda suerte de desmanes allí donde gobiernan, y estos señores que recogemos a día de hoy, pertenecen al pasado más próximo de nuestra política regional, regentada por el progresismo de Visa platino e impostura de izquierdas. Distan mucho del Sr. Barthe, del Sr. Tierno Galván y de otros muchos candidatos y representantes de diferentes formaciones que entendían la política con mayúsculas, en vez de con la letra pequeña que todos estos individuos, de uno y otro signo, se tienen más que bien leída.

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