Buenos y gloriciosos días, mis queridos fashionistas,
Uno divertido, sencillo en el conjunto y con la fuerza en los detalles y de un color fantástico, rosa en todo su esplendor.
La Dama de Fresa, llegó en un momento de mucho trabajo y diferentes piezas, los trajes de baño estaban en pleno apogeo, verde Veronés empezaba a caminar, una casaca negra se unió a medio camino y Dama de Plata empezaba andadura también, el cerebro y las manos llevaban buen ritmo y estaba en plena ola de creatividad, lo sentí, lo usé y lo disfruté al máximo.
La creatividad y su proceso es muy caprichoso, y muchas veces cuando quieres, te das cuenta que piensas en círculos, sin avanzar, otras, es como si se agolpara en las puntas de los dedos y hubiera que poner orden para salir, pero una cosa es cierta, se retroalimenta, cuanto mas trabajas, mejor fluye.
Andaba entre verdes, cuando me encargaron esta pieza, el color, decidido, rosa, la tela, seda natural gordita con brillo, mas fuerza en la caída, el boceto estaba mas o menos claro, sin mangas, escote recto y cremallera en la espalda.
Al ser todo de un color tan fuerte y el corte sencillo, el juego estaba en las costuras; en el cuerpo, le abrí las pinzas del pecho hasta el hombro, de esta forma, el pecho queda ceñido sin ser molesto.
Le corté también la cintura y aquí el primer efecto óptico, nuestra cintura, creemos que está en la línea del ombligo, en realidad, cae unos 3 centímetros mas arriba…y me diréis, 3 centímetros no es nada…en patronaje y costura, sí lo es, entre talla y talla, existen sólo 4 centímetros de diferencia, esto es un aumento de 1 centímetro por pieza. Le subí un poquito mas la cintura, casi en la costilla y la falda recta y evasé alarga la figura, reduce la cintura y permite mayor comodidad porque no aprieta.
La falda evasé es muy favorecedora y mejor para tacones, al terminar suavemente en forma de campana, para la espalda, una cola de media capa hecha con varias nesgas para darle mas volumen, en la unión así como a los lados de la cremallera y en un hombro, unas decoraciones en predería pequeñas, sencillas y elegantes.
Sin mangas y con una boda en el campo, había que cubrir de alguna manera, me trajo una seda finísima, maravillosa y estampada para pensar cómo añadirla. La solución fue poner un adorno de pedrería con un automático camuflado en el hombro y en el chal, un automático en el medio, respetando toda el largo de la tela y sólo haciendo un leve pespunte, quedaba una maravillosa capa que podía engancharla con el botón y ponerla alrededor de los hombros o cayendo sobre el hombro a un lado del cuerpo.
Esa es una pequeña victoria por todas aquellas veces en las que he llevado chal y ha sido una lucha constante entre mi hombro y la gravedad.
Forrado, cerrado y entregado, mil gracias por haber confiado en mí, la contentura ya se celebró con una buena copa de vino y la satisfacción interna me la llevo para siempre en mi maleta.
Buen día, feliz semana y mejor vida, queridos fashionistas,
Margot