Buenos y gloriciosos días,
Estoy dudando…la Dama de Plata que completaba a Veronés y Dama de Fresa o una casaca muy ligera de fondo de armario…después de unas semanas duras, parece que empieza a escampar, y llevo ya una racha de buenos días con grandes noticias, así que para celebrarlo, un grande, Dama de Plata.
Tenía la cita con Veronés, pero cuando llegué, estaba acompañada de su madre y hermana, entonces novia, ahora ya esposa. La primera venía ya con curiosidad, habían estado buscando pero no encontraban lo que querían, y después del café, se lanzó a ver que pasaba, una vez hecho esto, no hubo manera de pararla, fuimos en cuadrilla a por las telas, y eligieron una seda natural gordita, una verde, como ya sabéis y la otra, color champagne.
Y he aquí la gran lección de esta pieza, para largos, siempre tres metros mínimo, ya decidido el modelo, vestido con corte en la cadera, manga corta y muy cómoda, escote en pico en el pecho y la espalda y falda ligeramente acampanada con abertura frontal, calculé mal, me dejé aconsejar para llevar justo y me quedé corta, no llegaban los metros y hubo que cambiar la tela a color plata, ya que champagne no había por ningún sitio. Al principio, como ya estabámos acostumbradas al otro, el ojo y el gusto se resistían un poco, era preciosa, pero había descabalado un poco los planes, no fue hasta que encontramos la decoración en azul francia intenso, una pedrería para la cadera y un collar de piedras en el escote y espalda, que realmente vimos en todo su esplendor esta magnífica tela y enamoramiento total, por supuesto!
Aprovechando que el cuerpo era holgadito y lo único que ceñía era la cadera, opté por abrir escote y prescindir de botonaduras, cremalleras y demás, se pone tal cual por la cabeza, rechazó absolutamente el forro, tenía razón, la caída era espectacular y le daba rigidez.
Una vez cerrado, quedaba la cadena, lo cosí con cuidado para que no se moviera, le añadí dos flores de la pedrería de la cadera a ambos lados de la abertura, ya sabéis lo que me gustan los detalles y allá que fueron a la boda, Veronés y Dama de Plata, con la liga que le le hice de regalito de buena suerte a la hermosa novia, maravillosas y espectaculares mis Margots.
Esta pieza en concreto la recuerdo con mucho carriño, porque ella me metió mucha caña y hubo un momento (casi) de pánico total pero al final, ella estaba emocionada, le dijeron lo guapísima que iba y yo, que os voy a contar, uno mas circulando por ahí, una muesca de orgullo que añadir a la lista.
Pasen Ustedes un día espléndido, una semana estupenda y una vida maravillosa,
Margot