Revista Economía
A pesar de la atonía en el consumo, los accionistas de la cervecera Damm están contentos ya que el consejo de administración, presidido por Demetrio Carceller Arce, se ha propuesto ampliar la retribución que en este caso tiene una doble composición: el tradicional dividendo y acciones gratuitas.
Si en los últimos cuatro años se realizaba una ampliación liberada de 1x100 (lo cual suponía un 1% de mayor retribución, en especies), la decisión para el presente ejercicio es ampliarla a 1x30. Ello supone ampliar la retribución del 1% al 3%, aparte del dividendo que, en 2010, ha sido de 15 céntimos de euro, un 7% más que en 2009.
La cervecera es consciente que, por su tamaño, debería cotizar en el mercado continuo y no en el de corros como lo está haciendo ahora. En este sentido, su presidente considera que en un futuro próximo la empresa deberá dar el salto pero tiene un grave problema con el escaso free float que no saben cómo resolver.
Ayer los accionistas aprobaron las cuentas de pasado ejercicio donde el beneficio creció diez veces más que las ventas. El descenso de un 4,7% en el consumo de cerveza en España (48,3 litros por persona y año en 2010) Damm lo ha podido compensar vendiendo más cantidad y, por tanto, ganando cuota de mercado (siete décimas en 2010 hasta el 25,4%, por detrás de Heineken y Mahou-San Miguel).
El secreto de su éxito consiste en su apuesta decidida por la innovación en los procesos de producción (han realizado una inversión superior a los 700 millones desde 2004) que le ha llevado a ser la más eficiente en su sector. Y en la decisión de producir para terceros hasta el punto que Damm atesora más de la mitad de la cuota de mercado de fabricación de cervezas de marca blanca.
Sobre el importante aumento de beneficios, Apuntar que ello se ha de ligar con los dividendos cobrados (14 millones) de su participada Ebro.
Ebro Foods
La cervecera catalana es el segundo accionista de Ebro, después de la familia Hernández Callejas que posee el 15,7%, con un 9,5% del capital aunque esa posición podría verse alterada si se confirma que la SEPI ha ganado finalmente un pleito con KIO por un paquete accionarial que la haría propietaria del 9,9%.
En caso que el Estado decidiera venderse ese paquete de acciones, Carceller rechaza comprarlo enteramente aunque sí acepta la posibilidad de una compra parcial.
A pesar que en el pasado ambas compañías habían estudiado la posibilidad de trabajar conjuntamente en el mercado estadounidense, finalmente Damm decidió comprar el 17% del capital de United States Beverage (que podría ampliar hasta el 25%), su importador en Estados Unidos, a finales del pasado ejercicio, una operación estimada en dos millones de euros, por la importancia de tener una base propia y las especificidades locales (ausencia de una verdadera unidad de mercado). Con USB atacan tanto el segmento Horeca como el de alimentación.
Estados Unidos, junto a Reino Unido y Portugal son los mercados exteriores donde Damm se ha posicionado. En ello obtiene un 4% de las ventas totales. La internacionalización es su asignatura pendiente. De hecho, Carceller ha reconocido que “hemos llegado dos años tarde”.
La inversión de la fábrica de Portugal ha facilitado que ya el 10% de la producción se realice allí aunque buena parte de ella se consume en España.
El nuevo plan estratégico que se está definiendo (2012.2016) contempla ese aspecto como un elemento central de su crecimiento. Su apuesta pasa por ampliar sus ingresos procedentes del exterior y, en ese sentido, se están analizando algunos mercados en África y Asia.
Por su parte, la previsión de inversiones se desvela como substancialmente inferior a la del período anterior.
Por último apuntar que el grupo dispone de una fundación a la que dota con dos millones anuales, la mitad de los cuales se destina a sufragar un club de fútbol local que forma a un cuarto de millar de niños cada año y al que se le va a dotar de un campo propio valorado en 15 millones según reconoce su presidente, Ramón Agenjo, descendiente de la familia Damm.
El perfil
El presidente de Damm proviene de una estirpe de empresarios que se inició con su abuelo, Demetrio Carceller Segura, que fue cofundador del Banco Comercial Transtlántico, comprado posteriormente por Deutsche Bank. Fue un aragonés que emigró a Cataluña donde llegó a ser ingeniero textil. A él le siguió Demetrio Carceller Coll padre del actual empresario que fue presidente de Damm, cargo que heredó su hijo, Demetrio Carceller Arce que es propietario de Disa Corporación Petrolífera, que aparte de controlar la distribución de carburantes en las islas Canarias, es el principal accionista de Grupo Damm (27%), amén de sus participaciones en Sacyr, Ebro o Rodilla.
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