Sara Pérez Jerónimo
Periodista
Hace un par de semanas, el grupo cervecero Damm dio un paso adelante con la firma de un importante acuerdo de colaboración con la empresa biotecnológica AB-Biotics. ¿Su objetivo? Avalar, promover y desarrollar nuevos proyectos de investigación en el área cervecera. Para ello, Damm se ha comprometido a invertir la friolera cantidad de dos millones de euros.
La investigación, que cuenta con el respaldo del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), busca principalmente la creación de nuevas patentes que implementen nuevas líneas de producto dentro de la compañía cervecera, así como la búsqueda de alternativas que permitan un descenso de costes, a partir una drástica reducción del uso de energías no renovables en el proceso de elaboración y distribución.
Con esta nueva alianza, Damm reitera su compromiso con la innovación, el desarrollo y la investigación como elemento esencial para adelantarse a las necesidades y exigencias del consumidor, intentando ampliar su gama de productos en el mercado e intentando mejorar los ya existentes.
El acuerdo también consolida la posición de AB-BIOTICS, que apenas hace un mes se convirtió en la primera empresa con sede en Cataluña que cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil, la bolsa de la pequeña y mediana empresa, y deja de manifiesto su capacidad de innovación y desarrollo de productos en el sector de la alimentación.
La cerveza, un producto ancestral
Su origen se remonta a la antigüedad y se atribuye a pueblos como el egipcio o el sumerio. En sus inicios, esta bebida era bastante más densa que la que actualmente conocemos y se elaboraba a partir de pan de cebada fermentado en agua. Por su parte, los pueblos de Oriente recurrían al uso de otro tipo de productos para su obtención, como bambú o el arroz, que ha derivado en la elaboración del actual sake japonés.
La cerveza llegó a la península Ibérica de mano de los celtas, quienes conocían los principios básicos de su elaboración. Sin embargo, la zona mediterránea pronto se consolidó como productora vinícola, dejando el privilegio de su fabricación al norte y centro de Europa.Así, la cerveza llegó poco a poco a convertirse en la bebida que hoy en día conocemos. Pronto, se extendió la técnica del malteado y la cebada se convirtió en su principal ingrediente. Además, se introdujo el uso del lúpulo como principal aromatizante, que dio a la bebida su característico sabor amargo.
Existen muchos tipos de cerveza, aunque la mayoría de ellos es clasificado por su proceso de fermentación. De este modo, es posible distinguir entre cervezas de baja fermentación o lager, cervezas de alta fermentación que se dividen en diferentes clases como la Ale, la Stout o la Porter, y las cervezas de fermentación espontánea, como la Lambic, la Gueuze o la Faro.
Pese a los mitos y leyendas que puedan existir en torno a la cerveza es una bebida que no contiene grasa (una caña de cerveza equivalente a unos 200 mililitros cuenta con tan sólo 90 calorías) y aporta vitaminas, minerales y otras sustancias funcionales procedentes de sus tres principales ingredientes: cebada, agua y lúpulo. Destaca por su alto contenido en polifenoles, antioxidantes y fibra soluble, por lo que se ha demostrado científicamente que un consumo moderado de cerveza tiene efectos beneficiosos para la salud.
Últimos datos del sector en España
La reciente publicación del Informe Socioeconómico del Sector de la Cerveza en España 2009, deja de manifiesto que actualmente España se mantiene como el cuarto productor de cerveza en Europa, por detrás de países como Alemania, Reino Unido y Polonia. El sector cervecero genera unos 225.000 empleos de forma directa e indirecta y su actividad supone una aportación de más de 5.000 millones de euros a la economía nacional en términos de valor añadido y cerca del 1’1% del Producto Interior Bruto.
Anualmente se exportan cerca de 700.000 hectolitros de cerveza y entre los mayores importadores de cerveza española encontramos países como Guinea Ecuatorial, Italia, Portugal y Francia.
Los datos en torno al consumo son bastante moderados en relación con el resto de Europa. Aunque los patrones han variado en los últimos años, en España se consumen anualmente unos 55 litros de cerveza por persona, datos muy por debajo de la media europea. Así, el consumo de cerveza está más extendido los fines de semana, especialmente entre el sector de población joven de 25 a 34 años.
Además, la crisis económica también hace mella en nuestros hábitos. En 2009, el consumo de cerveza cayó en un 4,6% en el sector hostelero mientras que aumentó en un 5% en los hogares, que adaptan una vez más los hábitos de consumo al peso del bolsillo.
¿Sabías que…?
España es el mayor consumidor dentro de la Unión Europea de cerveza sin alcohol. El próximo año, se cumplirán 35 años de la fabricación y comercialización de la primera cerveza “sin” española, Ambar Sin.
Cómo cada año, Munich acogerá del 18 de septiembre al 03 de octubre la célebre Oktoberfest, un festival histórico de la cerveza por el que pasarán más de cinco millones de visitantes y en el que se consumirán cerca de siete millones de litros de cerveza.
Podrás encontrar el paraíso de los amantes de la cerveza en Bruselas. Situado en el corazón de la capital belga, se encuentra Delirium Café, el bar con la mayor carta de cervezas del mundo. Difícil elección ante más de 2.000 marcas diferentes.
Hay varias cervezas disputándose el título de la más cara. Una de ellas es la Jacobsen Vintage Nº1, del grupo cervecero danés Carlsberg. Se fabricaron sólo 600 unidades y su sabor oscilaba entre vainilla y caramelo. 270 euros fue el precio que se estableció por botella. La iniciativa tuvo que tener éxito, ya que Carlsberg ya ha presentado su segunda edición, con un toque avainillado y un ligero aroma a café mocca.
Descarga aquí el Informe Socioeconómico del Sector de la Cerveza en España 2009