La primera parada es el museo del Louvre, allí donde comienza la historia cuando se descubre el cadáver de un conservador de la pinacoteca en uno de sus sótanos. En el interior de este museo, uno de los más importantes del mundo, se encuentra la legendaria obra de Leonardo Da Vinci: La Mona Lisa. El argumento de la novela sostiene que el cuadro esconde un misterioso secreto en una de sus capas.
La novela finaliza en otro de los sitios más famosos del museo: la pirámide que sirve de acceso. Se introduce en el vestíbulo inferior y en contraposición se construyó otra pirámide pequeña de piedra, que no llega a tocar su vértice: en este lugar ubicó Dan Brown la tumba ficticia de María Magdalena.
La iglesia Saint Sulpice es otra parada imperdible del recorrido del París de la novela de Brown. En su interior se puede encontrar una suerte de obelisco de mármol en cuya cumbre reposa un globo de cobre. Para el autor este objeto es el instrumento que permite llegar al Santo Grial, un testimonio del Priorato de Sión, la secta de los descendientes de Jesús. En realidad, las letras P y S impresas en el objeto no son más que referencias a Pierre y Sulpice, los patronos del templo.