Dan certidumbre a empresas familiares

Tienden a desaparecer porque se pelean y no están bien establecidas para seguir operando, explica Ignacio Moreno, responsable del Proyecto BID de La Salle

Ignacio Moreno Delgado, responsable del Proyecto BID de la Coordinación de Vinculación de la Universidad La Salle, plantel Condesa, es el artífice del primer Protocolo de Familia elaborado por una universidad en México con el apoyo y asesoría del Banco Interamericano de Desarrollo, y basado en el expertise que ha acumulado la Unión Europea en 40 años de implementarlo como medida obligatoria para empresas familiares.

Moreno detalla que hace tres años fueron invitados por el organismo para participar en la elaboración del primer protocolo, pues en México no existe nada implantado, aunque hay expertos en el país que hablan de empresas familiares, del protocolo de familia, pero no se había establecido un modelo para poder llevarlo a cabo.

Se requirieron tres años y medio para lograr el Protocolo de Familia, hecho específicamente para micro y medianas empresas, ya que se tomó en cuenta la topología mexicana, se analizó cuál era la idiosincrasia para adaptar los modelos que ya existen en la problemática nacional. También se requirió la asesoría de especialistas en la materia para formar el plan dentro de la Universidad La Salle y una inversión de 2 millones de dólares aportados en partes iguales por la universidad y el Banco Interamericano de Desarrollo.

¿En qué consiste el protocolo?

La invitación obedece a que en Latinoamérica existe una gran mortandad de micro y medianas empresas cuando hay un cambio generacional o que el fundador decide retirarse y entrega a los miembros de la familia la firma. Se ha comprobado que 80% de las compañías con este cambio desaparecen a los mil 500 días del relevo; no es una ley, pero las estadísticas lo demuestran.

Pero hay más problemas para las empresas que logran sobrevivir y tiene que enfrentar otro cambio de dirección; de éstas, sólo 3% logran mantenerse vigente, el resto desaparece. Esto le pega a la economía, al PIB y a la generación de empleo.

¿Cuál es la problemática de las empresas en México?

La problemática es que las empresas familiares tienden a desaparecer porque se pelean, porque no están bien establecidas. Para nosotros el modelo de Protocolo Familiar es un acuerdo moral por escrito de la relación familia-empresa-propiedad para poder fijar los lineamientos y reglas del juego de esa relación familiar.

Hay tres elementos indispensables para implementarla. Por un lado está la familia, la empresa y la propiedad. La relación que existe entre la familia en México se da con broncas terribles, porque a la hora del cambio generacional no tienen idea de la empresa. Lo que hacemos es ayudar a dueños de empresas en profesionalizar a su firma, la relación propiedad-empresa.

Poner en claro qué es de la empresa y que se debe poner todo en regla con un documento de común acuerdo para darle futuro a una sociedad, de cómo está la propiedad y cómo se administra.

Como no existe una legislación en Protocolos Familiares en México, obviamente esto debe ser un acuerdo moral entre la familia en relación con la empresa, si es por escrito de tipo moral donde se establecen reglas y lineamientos de cómo va a ser la relación familia- empresa. Se establece un gobierno corporativo como el de los grandes corporativos que le dé certeza a la compañía que fije claramente en un documento la gorra que trae el fundador, si trae la de director general, de patriarca de familia o dueño de la empresa.

¿Cuántas empresas ya fueron certificadas?

Invitamos a participar a 500 empresas familiares, que fue un objetivo planteado por el BID para que conocieran las ventajas de los Protocolos Familiares. Sin embargo, tuvimos que comenzar a trabajar con sólo 140 empresas, de las cuales 6 ya fueron certificadas, cuatro de Puebla, una de Toluca y una más en el Distrito Federal, pero esperamos duplicar el número de compañías al cierre del año.

¿Es un servicio al alcance de todos?

Sí, tiene un costo de 600 pesos por hora, el tiempo puede durar cinco o diez sesiones, pero lo fundamental es que la empresa cuando venga esté convencida de formar un Protocolo de Familia.

Autor Bernardo Mendoza | El Universal (Mexico)

http://www.eluniversal.com.mx/articulos/60019.html

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