Revista Internet

Dando acceso a Internet en las consultas médicas y enfermeras

Por Fransanlag @fransanlag

Hoy os voy a contar una experiencia de mi hospital.

Desde poco antes de fin de año, aprobamos el acceso a Internet desde las consultas externas (tanto médicas como de enfermería).

Pero antes de seguir, creo que debo poneros un poco en antecedentes sobre un par de cosas al respecto de los ordenadores de las consultas:

  • En lo que respecta a los centros de salud (Atención Primaria), se trabaja con terminales ligeros y se accede a nuestras aplicaciones corporativas mediante sesión remota (Citrix). El acceso a Internet está controlado por los Servicios Centrales y poco puede hacer el Distrito Sanitario correspondiente al respecto. Desde estos terminales sólo se puede acceder a webs corporativas.
  • En los hospitales la cosa es ligeramente diferente. Las urgencias suelen estar dotados de estos terminales ligeros y, por tanto, siguen las mismas directrices que los de Atención Primaria.
  • En consultas externas la situación puede variar. Pueden existir terminales ligeros (pues la aplicación corporativa de consultas externas funciona en este entorno Citrix), pero debido a que la implantación de las aplicaciones corporativas nos es completa (por ejemplo no hay implantado un HIS corporativo), existe la necesidad de dotar las consultas con PCs normales. Esto da más libertad a los Servicios de Informática en lo que se refiere a la gestión de los mismos.
  • Hay que decir que la conexión a Internet nos llega a través de la Red Corporativa de la Junta de Andalucía, por lo que hay ciertos servicios que están cortados desde allí y no podemos hacer nada en los Hospitales o Distritos. Algunos ejemplos:
    • webs de descargas directas (Megaupload, Rapidshare y derivados): totalmente de acuerdo con que esto sea así.
    • Youtube: que consume mucho tráfico, es comprensible… aunque cada vez es una herramienta más extendida y esta medida puede afectar a usos sanitarios, llegado el momento, habría que buscar alternativas, pero, por ahora, está bien así.
    • Dropbox: también muy comprensible, pues, desde mi punto de vista, haría muy difícil controlar que se alojaran en servidores de terceros ficheros con información sensible. Aunque bien es cierto que esta fuga también se puede producir (y se produce) con el uso de los correos personales.
    • TeamViewer: que será por cuestiones de seguridad.
    • Y seguramente muchas más que desconozco porque no las he probado y no dispongo de la lista negra de los proxies… pero estoy seguro que las que estén, tendrán plena justificación… de hecho yo incluiría algunas más (que me reservo comentar en esta entrada).

Siguiendo con nuestra experiencia, se decidió que el acceso estaría regulado por listas blancas, es decir, sólo se podría acceder a aquellas páginas que se hubieran autorizado previamente. El órgano encargado de autorizarlas es la Dirección Médica.

Pues bien, desde que se inició esto, han llegado muchas solicitudes de inclusión en las listas blancas. Como yo esperaba, todas estas solicitudes se han concentrado en poco más de 30 dominios autorizados. Muchas solicitudes se repiten, a pesar de que desde el principio se decidió publicar la lista blanca en un ejercicio de transparencia de la Dirección.

En resumen, las solicitudes se centran en sitios que cuentan con recursos médicos: calculadoras, herramientas, recomendaciones, guías clínicas, publicaciones (destacando la Biblioteca Virtual del SSPA y PubMed) y algunas sociedades científicas. ¡Eso es lo que necesitan y demandan nuestros profesionales! ¿Es necesaria, por tanto, una política tan restrictiva al respecto? ¿Sería razonable habilitar el acceso a Internet por listas blancas -como apuesta de mínimos-)? Puestos a ser restrictivos, ¿alguien evalúa el tráfico de Internet en los despachos? (el mío el primero, ¿eh?)… yo siempre digo que, puestos a hacer un cambio, yo cambiaba el acceso a Internet de los despachos a las consultas, que es el verdadero motor del sistema y donde verdaderamente se lleva a cabo la actividad que es razón de ser del mismo. Puedo entender los motivos finales de las restricciones: seguridad de la información y económicos (al fin y al cabo el tráfico tiene coste… y mucho), principalmente. Pero creo que esto no justifica una política restrictiva sin tener en cuenta las necesidades de nuestros profesionales. Está claro que da más trabajo regularlo y controlarlo… pero no por eso hay que irse a lo fácil: ¡lo corto todo y ya terminé!

Imagen en los servidores de WordPress. Disculpen las molestias.

Para terminar de contar nuestra experiencia, decir que la acogida de esta medida por parte de los profesionales ha sido muy buena… pues es algo muy demandado desde hace tiempo y en muchos ámbitos (desde aquí quiero recordar y apoyar la iniciativa “Internet en la consulta: una necesidad“).

Y, a modo de conclusión, me gustaría hacer una reflexión en voz alta para oír vuestras opiniones. Ahora que está tan en boga el uso de las redes sociales en el ámbito sanitario, ¿qué deberíamos hacer si nos llegara una solicitud de acceso desde la consulta a una red social? Personalmente lo tengo muy claro, yo daría acceso, pues considero que las redes sociales son una excelente fuente de información… un ejemplo claro: Twitter. No son pocos los profesionales que lo usan en el ámbito profesional con excelentes resultados. Siempre recuerdo el ejemplo de Bertalan Meskó diciendo que cuando pasa planta y tiene alguna duda diagnóstica, la plantea en Twitter y compañer@s (y expert@s) de todo el mundo responden en tiempo real.

Pero bueno, todavía no nos ha llegado ninguna solicitud al respecto, veremos qué ocurre cuando nos llegue.


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