"Caprichos del destino". Utilizo de forma metafórica el título de esta película dirigida por Sydney Pollack, uno de mis cineastas preferidos, para encabezar mi crítica semanal centrada en “Dangerous Lies”, largometraje estrenado recientemente en la plataforma audiovisual Netflix. Llega a España desprovisto de traducción y juega con unas apariencias que sí engañan y con unas casualidades del destino que en algunas ocasiones acarician y en otras golpean nuestra existencia. No pretendo en modo alguno comparar ambos proyectos, pues nada tienen en común ni en cuanto a brillantez ni en cuanto a consistencia, si bien reflejan esas sorpresas que a veces nos depara la vida. Se trata de una cinta de suspense que comienza como un drama convencional y que, ya avanzado el metraje, se introduce en una espiral de confusión que engarza con una intriga de fondo un tanto blanda, aunque con el nivel mínimo exigible para entretener durante poco más de hora y media. En sus inicios, la pretensión es crear una empatía entre la pareja protagonista y los espectadores para, a partir de ahí, utilizar esa conexión entre público y personajes para jugar de forma poco rigurosa (todo hay que decirlo), recurriendo a numerosos anzuelos y trampas en los que ir picando y cayendo sin demasiada resistencia. La trama policial y delictiva que propone no presenta una excesiva consistencia, ni está suficientemente trabajada con cada uno de los papeles representados. Sin embargo, refleja un estilo narrativo que basta para dejarse llevar. Un anciano millonario sin familia contrata a una cuidadora para que le ayude en las tareas domésticas, supervise sus medicaciones y le haga compañía. La elegida es una joven que atraviesa problemas económicos, ya que su marido no encuentra trabajo y debe devolver los préstamos con los que financió sus estudios. Cuando el acomodado octogenario fallece, la empleada descubre que la ha nombrado su heredera y, a partir de ese momento, lo que parecía ser la vía de solución a todas sus preocupaciones se convierte en una peligrosa realidad de engaños y delincuencia. En un principio la ambientación es correcta, tanto por lo que se refiere a la presentación de los personajes como a la recreación de un adecuado clima argumental. Los problemas se presentan a medida que el suspense va cogiendo cuerpo, dado que comienzan a tambalearse el guion y la atmósfera de tensión que requiere este tipo de producciones. Tras cuarenta y cinco minutos de emisión uno se deja arrastrar, pese a que descienden notablemente el interés y la calidad, reduciéndose a un mero pasatiempo, tolerable pero olvidable. Michael Scott, con una larga carrera como director de series y telefilmes, debuta en el campo de las plataformas digitales y, aunque demuestra ciertas habilidades, poco a poco salen a la luz ciertas grietas en la intriga. El veterano actor Elliott Gould, nominado al Oscar por “Bob, Carol, Ted y Alice” y al Globo de Oro por “M.A.S.H.”, encabeza el reparto desempeñando un papel secundario. A lo largo de su dilatada trayectoria profesional ha participado en infinidad de títulos, como “Contagio” (tan de moda por culpa de la actual pandemia de coronavirus), “Ocean's Eleven” y su secuela, o “Bugsy”. Realizan una correcta labor dando vida al joven matrimonio la desconocida Camila Mendes y Jessie T. Usher, visto en “Independence Day: Contraataque” (2016) y “Shaft” (2019). Intervienen asimismo Sasha Alexander (“Misión imposible 3”) y Jamie Chung (“El hombre de los puños de hierro”).
TrailerDatos del filmes
Título original: Dangerous Lies
Año: 2020
Duración: 96 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Michael Scott
Guion: David Golden
Música: James Jandrisch
Fotografía: Ronald Richard
Reparto: Camila Mendes, Jamie Chung, Sasha Alexander, Cam Gigandet, Elliott Gould